No confío en el ministro de Turismo español

por Carlos A. Domenech

Que el actual Gobierno de España está sobrepasado por la crisis ya no lo duda nadie. Su mirada estrábica al problema de Europa y la globalización, sus vacilaciones constantes, los silencios acostumbrados del Presidente, las traiciones (¿realpolitik?) a su programa electoral y la pérdida general de credibilidad que anuncian los sondeos, ¡porca miseria!, lo sitúan por lo menos al mismo nivel de infraesperanza que el acreditado por el gobierno anterior. Pero lo verdaderamente novedoso es que la insensatez por omisión hasta hora manifestada en el tratamiento de la crisis se haya tornado repentinamente en una insensatez por acción. Me refiero a las últimas declaraciones agosteñas del ministro de Turismo alentando a sus compatriotas a «hacer siempre turismo en España» y no salir nunca al exterior.

He releído unas cuantas veces estas manifestaciones públicas de José Manuel Soria para dar pábulo a una idea que solo en una mala pesadilla podría iluminar. Cuando más falta hace que los españoles exporten, salgan por ahí a comerse el mundo, a relacionarse mejor con él, a aprender de los demás, a vivir, pensar y actuar en global… Cuando más falta hace que los grandes bloques regionales se organicen y cooperen entre sí, empezando por la vieja Europa… Cuando más falta hace la comunicación entre las personas, por wifi o de piel, y la configuración social de las grandes redes digitales… Cuando más falta hace ser universal, aparece el ministro Soria prorrogando la parálisis doméstica de los mercados y las personas, insuflando un patriotismo de probable cariz xenófobo (la falta de comunicación exterior acaba produciendo miedo al extranjero) y Sigue leyendo