
El diario La Provincia, de Las Palmas, me entrevistó con ocasión de las VI Jornadas de Innovación Hotelera de la Ruina Habitada, que se celebraron del 18 al 21 de noviembre de 2013 en el hotel Nautilus Lanzarote. La periodista Aránzazu Fernández formuló las siguientes preguntas:
¿De qué manera revolucionará el turismo el análisis de los Big Data o datos masivos de los clientes?
En un futuro inmediato habrá un cambio en la captación de clientes. Habrá una diferencia entre la manera tradicional de captar al cliente -en términos coloquiales de echar la caña de pescar- y cómo va a venir el cliente en los próximos años. La analítica Big Data cambiará profundamente los canales de distribución porque, precisamente, la manera de captar al cliente va a estar enfocada al conocimiento del mismo. Cuanto más conozcas a tu cliente, más posibilidades tendrás de atraerlo a tu negocio.
Será un nuevo desafío para la industria turística.
Hay que desarrollar un trabajo serio, costoso, ambicioso y muy tecnológico de conocimiento del cliente. La manera más previsible es que esto se haga a través de una Sigue leyendo
A pesar de que el mundo hotelero ha terminado por asumir positivamente las reglas de juego en Internet… A pesar de que nuevos conceptos como el SEO, el SEM y la reputación online protagonizan a diario la agenda del buen hotelero… A pesar del interés y dedicación que muchos directores y propietarios le prodigan a las webs de opiniones, como Tripadvisor o Trivago… Siempre queda, en privado o en voz alta, la indignación que producen en el sector turístico los comentarios falsos o el vociferio troll de la calle digital. No digamos cuando ese comentario es resultado de un chantaje por el cual se comnina a un establecimiento turístico a otorgar cierta gratuidad o ventaja porque, de lo contrario, recibiría una crítica adversa en cualquiera de los portales turísticos en la red.
Hilton, en los albores de la hotelería industrial, decía que los tres factores decisorios en la elección de un hotel eran «location, location, location«. Con la popularización de la industria turística, el precio introdujo su cuña en las ofertas a gran escala de los turoperadores internacionales. La concentración empresarial y la formación de cadenas hoteleras de ámbito internacional vino a cerrar la triada con un nuevo protagonista: el factor marca. En ningún momento intervinieron, como muchos pueden creer, las estrellas. Entre otras razones porque no existe ninguna homologación internacional de las mismas y la parametrización de este modelo clasificatorio únicamente es fiable en la métrica de lo tangible (las instalaciones), nunca de la hospitalidad.