Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.
Joan Manuel Serrat
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¡Y por qué no en un hotel! Arquitectura, decoración, instalaciones a lo grande, atenciones de manual… Pero lo inolvidable son siempre esas pequeñas cosas. Son los pequeños detalles los que crean grandes emociones. Una sonrisa, una mueca simpática, un gesto. O un pañuelo desinfectante, una toallita húmeda, un carrito portaequipajes.
Nunca olvidaré aquel pequeño descuido que tuve en la mesa del hotel Palacio de Seteáis, cuando me disponía a apurar el café tras una suculenta cena. El mantel, blanco inmaculado, se ensució. Sin verlo llegar, no sé si por vergüenza, el camarero se aprestó a limpiarlo. Muy delicadamente. Con la simple ayuda de una servilleta enrollada y un cuenco de agua con gas en el que flotaba… ¡un pétalo de rosa fresca! Así, como quien no quiere la cosa. Sin más ditirambo. Paciente y elegantemente.
Ya no reparé más en la mancha sobre el mantel. Aquella liturgia me ensimismó, me elevó desde el prosaico descuido hasta el altar mismo de la gestualidad. Parecía tan natural, tan Sigue leyendo


A la chita callando, el Clúster de la Ruina Habitada continúa sus planes de innovación con nuevos proyectos de gran interés para el sector hotelero. Cualquier iniciativa de innovación es analizada con detenimiento y valorada en su justa medida para que todos los asociados se beneficien en los procesos de transferencia de conocimiento.Dos empresas cercanas, la distribuidora y central de reservas turísticas