Cuando todavía no se ha apagado la reverberación del último récord alcanzado por el turismo español, un nuevo éxito sacude las ondas mediáticas con más valor que mil campañas de promoción turística sucesivas. El estudio RCR de los arquitectos Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta ha obtenido el premio Pritzker, algo así como el Nobel de Arquitectura. Esta distinción afecta, además, de una manera muy profunda a la industria turística española, ya que uno de sus aportes más valiosos al currículo que Sigue leyendo
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Enoturismo: el viñedo a sorbos
Como miembro del Comité Técnico de San Sebastián Gastronomika me tocó, el pasado 22 de noviembre, presentar un corto debate sobre de qué manera se fusionan gastronomía y turismo en el disfrute del vino. Esto es, el enoturismo. En qué medida aportan el viñedo, la bodega, la oficina de ventas, la cata, el maridaje (que algunos espíritus libres prefieren llamar armonización), el hotel o el destino en sí a esta naciente actividad humana consistente en disfrutar con los cinco sentidos de un viaje a lo grande que no exige necesariamente un gran desplazamiento. Qué papel juega cada una de estas instancias en esta actividad mitad turística, mitad industrial y agraria. En un artículo posterior desglosaré algunos de los conceptos que fueron vertidos en aquel debate del Kursaal por mis contertulios Ferran Centelles, sumiller de elBulli, y Martín Rigal, propietario del Cavas Wine Lodge.
Dos meses antes de la fecha me pregunté cómo «armonizar» la comprensión del debate con sus reglas físicas -la distancia entre el escenario y el auditorio- a fin de convertirlo en un evento ameno, singular, provechoso y hasta cierto punto sensorial, ya que no estaba previsto que ninguno de los asistentes degustara nada ni viajara a viñedo alguno. No íbamos a salir del ámbito de la Concha ni del barrio de Gros.
Así es que tomé la ruta de cordillera y, después de siete horas de viaje, me planté en la región enoturística de Mendoza, en Argentina. Durante tres días, cámara en mano, me dediqué a filmar todo cuanto veía y a entrevistar a los protagonistas de esta hermosa actividad humana enraizada en la tierra y en el aire, en el paladar y en las venas, en la palabra y en los sabores de lo añejo. A mi regreso lo monté de la que manera que entendí y me llevé su resultado a San Sebastián.
El video sirvió de presentación e inicio del debate. Que no se diga que no somos multimediáticos. Ninguna mención a cómo se elabora el vino, ni de qué vinos se trata. Solo nos referimos al regusto que el viajero extrae en su visita por una denominación de origen que ha sabido unir simplemente, sin retorcimientos mercadotécnicos, las culturas del vino y el paisaje, los objetos de su degustación y el puro viaje.
Fernando Gallardo |
La primera vez…
Muy raramente, pero muy raramente, quien regenta un hotel conoce la peripecia de sus huéspedes por acceder a él. No es que todos los alojamientos turísticos presenten obstáculos o inconvenientes en su acceso, qué va. El enunciado viene a cuento del escaso interés que, en general, muestran los hoteleros en saber detalles de cómo los viajeros han llegado hasta allí. ¿Tan importante es?, me preguntará alguno…
Importante, puede que no; pero crucial, sí. La primera impresión que solemos tener de lo desconocido condiciona notablemente la experiencia posterior. Y, eso, en la hotelería, es el ser o no ser. La primera impresión es lo que cuenta, se dice hasta el cansancio. No es cierto que vaya a haber después una segunda oportunidad para brindar al que llega una impresión espectacular. Un vericueto misterioso adquiere, por ejemplo, un dramatismo superior a una concurrida calle de la capital. Y he sido testigo, a mi pesar, de lamentos insensatos por parte de algún hotelero frente a la desidia de la Administración pública en llevarle el asfalto hasta allá. Más inteligente, Jemma Markham me explicó al poco de abrir su hotel, Torre del Visco Relais&Châteaux, el por qué de su Sigue leyendo