El programa de las jornadas de La Ruina Habitada que insertamos en el contexto del congreso Gastronomika 2010, en San Sebastián, se completa poco a poco con aportes de lo más sugerentes. España necesita una nueva cultura del turismo y sus hoteleros más encantadores, los más litúrgicos, los que mejor entienden la sensorialidad de los espacios, aquellos que se desgañitan en favor de la cooperación y aquellos que promueven para sí y para los demás el útil ejercicio de la innovación se van a reír de lo lindo con estas propuestas que avanzamos. Un avance de lo que viene ya está publicado desde hace algunas semanas en la web de San Sebastián Gastronomika.
Antes de proceder a las inscripciones, a partir del próximo 15 de septiembre, hemos abierto una preinscripción en nuestro grupo de Facebook. Si interesante va a ser el discurso estrella de Ferran Adrià o el taller de ergonomía, en el que un científico del Instituto de Biomecánica de Valencia va a explicar al mundo hotelero cómo se comportan los colchones según los diferentes tipos de clientes de los hoteles, sobre el mar de colchones que andamos gestionando estos días se va a bañar la componente del dúo humorístico Virtudes, Elena Martín. Bajo el título Alegría y Bienestar, su taller nos va a sumergir a todos en las aguas vívidas del optimismo, algo muy necesario en estos tiempos de crisis.
Afirma la autora del libro ¿Qué hay de bueno? Claves para una vida más alegre (Editorial Granica, 2008): “Llevo más de veinte años haciendo humor. Gracias a mi trabajo; a experiencias personales; a una formación ecléctica y al estudio del bienestar en el ser humano he llegado a la conclusión de que la Alegría es una emoción con la que podemos sintonizar. Para ello es necesario reconocer esta frecuencia, especializarnos en potenciar un enfoque positivo así como hacer consciente aspectos fundamentales de nuestra vida para su aceptación y posterior transformación.”
En estos encuentros la vía para hacerlo es el juego. Desinhibido y jovial, pletórico y burbujeante, chistoso y ceremonial. Así pues, jugaremos en Gastronomika a ser felices y transmitir la felicidad a los demás. No tendría sentirlo promoverlo si fuéramos ingenieros mecánicos de la F1 o astrofísicos en investigación sobre lo ocurrido durante los primeros siete segundos posteriores al big-bang. Pero aquí la concurrencia es fundamentalmente hotelera y, Sigue leyendo