Irina Rodríguez, Gemma Mengual y Andrea Fuentes, equipo español de natación sincronizada
En una reciente entrevista a la nadadora española Andrea Fuentes, reciente ganadora de una medalla de plata en el Mundial de Shanghai, mencionó que además del esfuerzo su éxito se debe a la originalidad. La respuesta puede tomarse como una salida simpática de quien se siente bajo el agua «ingrávida y gentil como una pompa de jabón». Pero si le damos la relevancia que merece concluiremos que cuando el mundo está como está y con las dificultades que tienen las empresas españolas para competir en un orbe fabricante dominado por los chinos -que también son reyes en la natación sincronizada- la única posibilidad de competir es mediante la originalidad. Ser innovadores, ser diferentes, ser únicos.
Lo explica muy bien en su entrevista la nadadora:
«Nos encantaría ser mejores técnicamente y entrenamos mucho para ello, pero no podemos competir con Rusia y China, donde hay muchísimas más chicas y pueden elegirlas iguales de talle, color de piel, elasticidad, tono y peso. Como en España nos dedicamos muy pocas a este deporte, hay mucha diferencia entre nosotras, pero hemos sabido aprovecharlo para hacer cosas distintas, como que la más alta y fuerte lance a la más pequeña a una distancia considerable.»
Fernando Gallardo |
La diferencia es excitante… por naturaleza.