Pescar con caña en la red

El futuro de la búsqueda es social, titula nuestro forista Jean-François Clercx un breve ensayo acerca del uso de las redes sociales en Internet y el efecto Facebook en la cultura digital, a punto de desbancar el dominio de Google en la red. Al asalto del aparentemente consuetudinario sistema de búsquedas empleado por la empresa de las gafotas, Facebook viene de optimizar su motor de búsqueda que ya permite una visualización en tiempo real de todo aquello que escribimos en la línea de pregunta. Esta fórmula más dinámica e inmediata gana sus adeptos entre los usuarios de Facebook y amenaza a Google en la clasificación de los sitios más visitados de EE.UU.

facebook Como consecuencia de ello, nuestro ecosistema de trabajo en Internet va trasladándose poco a poco de la web al ámbito Facebook y sus conexiones con Twitter, Foursquare y el vacilante universo gugueliano de Buzz. La principal ventaja de buscar así la información que necesitamos es que aquí dentro tenemos reconocidos a nuestros contactos. Que, en el caso de la industria hotelera, significa tenerle puestos cara y apellidos a los clientes potenciales y de facto. El proceso se hace más caliente, más humano. Sabemos que no es un robot o sistema robotizado el que busca información por nosotros, sino nosotros mismo a través de nuestros contactos, sean clientes o amigos.

Según las observaciones de Nielsen, apunta JF Clercx, más del 20% de los usuarios se sirven de las redes sociales como fuentes primarias de información y de seguimiento de tendencias. En España estas cifras se elevan al 48% cuando se trata de información turística, y creciendo.

Los tiempos mudan a gran velocidad, por lo que resulta muy impreciso saber cómo se van a mover los viajeros en el planeamiento digital de sus experiencias turísticas. Pero sí podemos

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Un libro de estilo en cada casa

El blog de Tina SorianoTras el revuelo montado estos pasados días de post congreso, el turismo rural sigue y seguirá dando que hablar. Una cosa es cierta: el artículo anterior —La hoz, el martillo… y ahora las espigas— ha batido todos los récords de lecturas desde que apareció este Foro de la Ruina Habitada, en junio de 2008. Un total de 1.483 usuarios únicos lo han desgranado hasta la última coma, y aún habrá otros más que lo ausculten como un cirujano tras el monitor de su robot Da Vinci. A la vista está el número de comentarios efectuados, señal de que el tema interesa.

Otro debate en paralelo de intensidad no menor se ha producido en las redes sociales. Lo cual nos hace pensar en el grado de adscripción a la Red que cualifica a los establecimientos en el medio rural como los protagonistas de Facebook, Twitter y Flickr en su estrategia de marketing, comunicación y distribución. No nos equivocaríamos si proclamáramos que Internet está más presente en la cultura de uso de la hotelería pequeña y familiar que en la corporativa y bursátil. Sencillamente, porque el canal Internet se ha convertido para estos establecimientos en el canal único. La intermediación offline para el turismo de interior se puede declarar fracasada. Lo analizamos en el recientemente celebrado III Congreso de Turismo Rural de Castilla y León. Es un sinsentido que la estrategia de distribución de las asociaciones de turismo rural y de numerosos operadores turísticos sean una copia exacta de la instrumentada en el turismo vacacional intermediado.

A mi entender, la diferencia básica entre el hotel rural y el resort de playa estriba en el tamaño habitual —que no teórico— de las unidades de alojamiento, lo cual condiciona, más que la estructura del negocio, la liturgia de la hospitalidad, el alma del lugar, su propia personalidad. No siempre se cumple el agasajo del viajero por parte de la familia que regenta un hotel rural, pero hay madera de ley para que así suceda a diario. No hay calefacción, la calidez de una Sigue leyendo

Los cuatro ángulos de nuestra red social

Las redes sociales nos ocupan ya una gran parte de la existencia. Cada vez son más los ciudadanos interrelacionados a través de Facebook, Twitter, Youtube, Flickr y otras marcas súbitamente conocidas. Quien gobierna un hotel no escapa a la red y sus enredos, tanto que el número de horas que pasamos enganchados a Internet supera ya al empleado en la televisión en casi todos los países del mundo. A través de las redes sociales nos relacionamos, nos informamos, aprendemos, comerciamos y aun gestionamos mejor nuestros negocios gracias a la inmediata respuesta que tiene en el mercado nuestras preguntas.

Poco a poco, las redes sociales van desplazando a los antiguos soportes de la comunicación e instaurando una nueva mercadotecnia, una nueva ansia de innovación, la sociedad del conocimiento. Los estragos sobre las antiguas formas de las relaciones humanas son palpables. Quienes ejercíamos de prescriptores o líderes de opinión en los púlpitos mediáticos en papel hoy nos sentimos capitidisminuidos por la verdadera opinión pública, que son los ciudadanos sin intermediarios. Lo mismo sucede en el ámbito de la promoción empresarial, y particularmente en el turismo.

Quienes antes confiaban en guías de hoteles, folletos turísticos, portavocías, revistas de viajes y agencias de prensa hoy relegan su autoridad a un papel secundario, mientras tiemblan no sin razón ante las opiniones libres o encauzadas del vulgo, nostálgicos de aquella Ilustración que regía hasta la aparición de la web 2.0 en nuestras vidas. Todo por y para los clientes, sin los clientes.

Y así vemos todavía cómo algunos de estos –pocos– dinosaurios se enfurecen cada vez que en Tripadvisor o en Notodohoteles se publican críticas mejor o peor intencionadas sobre sus establecimientos, como ya dejé expresado en mi artículo Opiniones y amenazas en la Red. Me faltó prevenirles contra otra diablura que irá adquiriendo importancia con el tiempo, la de los vídeos en Youtube o Vimeo. Porque sabemos que una imagen vale más que mil palabras, y si encima son imágenes en movimiento… Algunos hoteles de rutilante diseño, tan rigurosos sus departamentos de marketing de no dejar fotografiar sus interiores a ningún hijo de vecino, van a sufrir con la nueva ola del vídeo. Y habrá para ellos llanto y crujir de dientes. Porque el  Sigue leyendo