Desobedecer una normativa obedeciendo a una Directiva

¿Se imaginan ustedes una alianza entre una de las compañías hoteleras de lujo más importantes del mundo y una empresa dedicada a la gestión de los apartamentos turísticos surgidos de la nueva economía colaborativa?, se pregunta Kike Sarasola en un reciente artículo publicado por el diario El Mundo. En efecto, nos la llevamos imaginando desde hace años cuando abogamos sin concesiones por los alojamientos multimodales, el híbrido turístico nacido de la gestión de habitaciones de hotel y viviendas particulares. 

El empresario madrileño alude a la ampliación que la cadena estadounidense Marriott hace de su start up Hostmaker, dedicada al alquiler de casas compartidas iniciado en Londres el año pasado y extendido ahora a París, Roma, Barcelona y Lisboa. En total 340 apartamentos, que podrían haber sido mucho más en caso de no haber Sigue leyendo

Cariacontecido lobby hotelero

El lobby hotelero norteamericano AHLA acaba de recibir un duro crochet en el mentón. Tras desgastarse durante meses en una batalla estéril contra Airbnb, plataforma a la que acusa de estar robándoles clientes a sus hoteles afiliados, las últimas cifras revelan una fatídica alza de ingresos que ha situado sus beneficios en niveles de récord histórico. Los alojamientos hoteleros en Estados Unidos han crecido en 2015 lamentablemente en un 9,4 por ciento, con un margen de beneficios del 38,5 por ciento, muy por encima de los niveles precrisis de 2007.

Tampoco los trabajadores del sector hotelero pueden estar de enhorabuena. La consultora STR estima que en 2015 los costes laborales suponen un 32,3 por ciento, frente al 29,3 por ciento que representaban en los albores del siglo XXI. Los empleados Sigue leyendo

Airbnb, una cuestión de precio

faresairbnb

Dice el refrán que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y, por lo visto, la profesión hotelera está llena de ciegos peores que los ciegos, pues muchos de sus portavoces se muestran empeñados en cerrar los ojos ante la realidad ascendente de la economía colaborativa del turismo. La crítica del alquiler vacacional de viviendas privadas se ha llenado de tópicos que, en algunos casos, llegan al paroxismo. Como afirmar que un apartamento turístico anunciado en una plataforma tecnológica puede ser la guarida preferida de los terroristas y nunca un hotel. O que la economía colaborativa es economía sumergida porque la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) exime a los alquileres de estar sujeto a IVA. Incluso que la única razón del despegue de este tipo de alojamientos se debe a su bajo precio y significan, por ello, una competencia desleal para los hoteles.

Lo cierto es que estos estrambotes se descalifican por sí mismos. Olvidémonos del conocimiento exacto que últimamente los yihadistas tienen de los establecimientos hoteleros en que atentan. Dejemos que la LAU siga declarando el alquiler de viviendas una actividad exenta del impuesto sobre el valor añadido (IVA). Y hablemos de precios frente a quienes creen religiosamente que el turismo de Airbnb es alpargatero y no Sigue leyendo