
El conocimiento del cliente marcará, sin duda, la agenda turística de la próxima década. Las empresas y los profesionales del turismo requerirán de herramientas más precisas e inteligentes en la gestión de la hospitalidad, exigidos como están de transformar sus fábricas de camas en factorías de experiencias. A fuer de repetirlo hasta la saciedad, no cejaremos en el empeño de descifrar el intríngulis neurocientífico que explica los patrones emocionales y los comportamientos de las personas durante su experiencia turística.
Interesa conocer a los clientes y, sobre todo, sus cerebros. Es imprescindible, a la hora de configurar un programa experiencial, interesarse por los diversos aspectos de la Sigue leyendo