En uno de los foros hoteleros existentes en Facebook, donde la profesión turística encuentra un libre canal de opinión en el que efectuar consultas o comunicarse sus cuitas gremiales, saltó a mi pantalla el siguiente texto, publicado hace unos días y cuyo autor no es necesario que revele:
Pareja de pasantes que llaman sobre la media noche para preguntar por disponibilidad y que llegan al hotel sobre las 2 de la madrugada…. Rusos. A las 4.15 AM llama ella desde la habitación y la cosa va así: (conversación en inglés) …
Riiin riing!!!
– Recepción, buenas noches.
+ Hola, buenas noches, mira, es que tengo una… hhhmmm… URGENCIA femenina y necesito ayuda.
– De qué se trata? ¿Podemos ser un poco más concretos al respecto para que pueda ayudarla?
+ Cómo te diría… Una urgencia femenina, ¿entiendes lo que digo?
– Pues sinceramente, si no concretamos la urgencia, no podré ofrecerle más ayuda.
+ Hhhmmmm… Una urgencia sobre… hhhmmmmm, «el periodo».
– Correcto, entiendo, podría facilitarle alguna toalla en todo caso, por si quiere esperar hasta mañana para comprar tampones o compresas en la farmacia más cercana.
+ ¿Y no hay ninguna mujer a la que puedas llamar o despertar que pueda ayudarme?
– Pues, sinceramente, son las 4.15 de la madrugada y no creo estar en disposición de despertar a nadie por esa urgencia.
+ De acuerdo, ¿y la farmacia de guardia más cercana?
– Pues, efectivamente, puede acercarse a ella en todo caso.
Y, así, a las 5 AM han salido a la farmacia de guardia más cercana a por tampones.
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