El cielo protector anti Uber

mujeres-con-velo

Cuando yo era joven, feliz e indocumentado los matrimonios en España no se podían romper. Daba igual que hubiera violencia de género en el hogar, que los niños sufrieran con las trifulcas familiares, que los cónyuges se odiaran y desearan emprender una nueva existencia por separado. El divorcio era ilegal.

La ley de Principios del Movimiento Nacional, en los cuales estaba basado el régimen de Franco según los ideales de patria, familia y religión, impedía que dos personas casadas pudieran decidir libremente la disolución de su matrimonio. Si mal no recuerdo, el principio II obligaba a los españoles a acatar la Ley de Dios formulada por la Iglesia Católica, y no otra, cuya doctrina inspiraría todo el ordenamiento jurídico. De Sigue leyendo