Ni las webs hoteleras, ni los sistemas automáticos de reservas, informan de cómo es verdaderamente el hotel que uno ha elegido para sus vacaciones. Por las imágenes cabe deducir si entra o no dentro de los gustos personales o de la afinidad conceptual con la experiencia a vivir allí. Por las opiniones de los usuarios se obtiene el promedio de lo que ocurrirá en los aspectos intangibles del servicio, el ambiente, la capilaridad con lo que uno siente y padece durante la vacación. Pero nadie sabe a ciencia cierta, a menos que haya estado antes, cómo va a vivir su estancia con toda la equidistancia existente entre la información previa y la experiencia posterior. En la BBC, nuestro amigo Chris McGinnis (en Twitter, @cjmcginnis) enumera las cinco preguntas que todo el mundo debería hacerse para estar bien informado acerca de lo que nos encontraremos en el hotel. Las transcribo sin más.
¿Asegura nuestra habitación una buena recepción wifi?
Afortunadamente cada vez hay más oferta de hoteles con wifi gratuita en sus habitaciones (para cerciorarnos vale la pena consultar nuestra lista de Hoteles con Wifi Gratis). Pero en un mundo donde todavía hay que pagar por ello en un añadido de la factura de la estancia, el ofrecimiento de una conexión gratuita también puede significar una recepción débil o irregular. Con frecuencia, la wi-fi se transmite a través de routers inalámbricos ubicados en los pasillos del hotel, por lo que solo las habitaciones más cercanas a los routers obtienen señal de recepción. Por eso no viene mal una consulta previa al personal de recepción, incluso antes de formalizar la reserva, que suele saber qué habitaciones disponen de mejor señal wifi.
¿Puedo conseguir una habitación que haya sido recién renovada o una con buenas vistas, incluso una habitación tranquila?
Implicar a los empleados del hotel en la elección de la habitación tiene sus ventajas. Es una garantía de que uno no se va a equivocar al escoger el dormitorio de su agrado. Puesto que estas características no suelen afectar a la tarifa de la habitación, salvo en hoteles de playa con vistas al mar, preguntando es probable que obtengamos el mejor lugar.
¿Hay una habitación contigua?
Unos vecinos ruidosos pueden resultar insufribles si estamos trabajando en el hotel, si atendemos una llamada de negocios o celebramos una reunión con clientes en la propia habitación. El aislamiento conveniente de una habitación es un factor a considerar también si sufrimos de insomnio o tenemos un sueño ligero. Lo mejor es evitar las habitaciones comunicadas, ideal en muchos hoteles para las estancias familiares, donde los padres duermen en una habitación y los niños en la contigua.
¿Necesitamos un amplio y bien iluminado escritorio?
Algunos hoteles urbanos tienen sus habitaciones habilitadas como verdaderas oficinas. Todas sus habitaciones son adecuadas para el trabajo. Pero algunos no, y sus empleados no atienden esta necesidad por atención a otro tipo de clientela; por ejemplo, la vacacional. Si anunciamos previamente que hemos elegido este hotel para trabajar en la habitación aumentaremos, lógicamente, las probabilidades de conseguir una habitación más grande o mejor dotada para la práctica laboral. Incluso podemos aspirar a que nos «suban» a la planta Club en teoría reservada a los abonados de los programas de fidelización o aquellos que han negociado su estancia con una tarifa corporativa.
¿Cuánto puedo pagar por optar a una habitación más grande o una suite?
La mayoría de los recepcionistas están hartos de huéspedes que piden un upgrading a cambio de nada, igual que ocurre con muchos clientes de las líneas aéreas. Quizá si estuviéramos dispuestos a pagar un poco más de la tarifa reservada, el recepcionista nos podría subir de categoría sin que resultase traumático y sin lesionar los intereses tarifarios del hotel. Ello siempre condicionado, claro está, a la disponibilidad de plazas del hotel y las perspectivas de que algún día repetiremos estancia en él. ¿Por qué no? Preguntemos en recepción, a ver qué nos dice el encargado. Igual nos llevamos una sorpresa para bien.
Bueno, lo anteriormente descrito son obviedades que, no por serlo, debemos olvidar. Con esta carga «doctrinaria» los hoteles mejorarían la atención al huésped si tuvieran presente sus deseos, sus necesidades y estos trucos en busca de una estancia más promisoria. Hasta los establecimientos más anodinos pueden convertirse en los mejores hoteles del mundo si alguna vez logran sorprender a su clientela con un plus inesperado o de carácter exclusivo.
Fernando Gallardo |
Buen post, Fernando :))
Buen post. Tus trucos son muy interesantes y sencillos y muchas personas no lo ponen en práctica.