
Mientras España -el país- languidece en medio de una fuerte crisis económica, laboral, emocional y filosófica, los españoles -algunos- salen a comerse el mundo con mucho trabajo, nuevas ideas y la dosis necesaria de riesgo. Uno de ellos es José Manuel Ortega, heredero de la marca vitoriana Fournier que tanto juego nos ha dado al mus, al tute y a las siete y media. Antes que abrir más casinos mercuriales en Las Vegas, que habría sido lo lógico, Ortega tuvo el gusto de echarle un órdago a Baco y crear de cero su propio grupo bodeguero: O. Fournier. Su objetivo, en 2000, fue producir 1,5 millones de botellas de vino de alta calidad en Argentina, Chile, Portugal, la Rioja y Ribera del Duero. Los he catado y confieso que son muy buenos.
Quizá porque todo españolito llevamos dentro un promotor inmobiliario -si no, no se explica la actual saturación cementífera del país-, José Manuel Ortega se ha ido a Argentina para desarrollar un proyecto ad hoc con la curtiembre que da el turismo de golf. Solo que, en lugar de ofrecer un campo de golf con sus casitas monas alrededor de cada hoyo, lo que pretende ahora Ortega es Sigue leyendo




Últimamente llegan noticias de establecimientos hoteleros que basan su promoción, no en el manido concepto de la sostenibilidad, sino en el más pretencioso de la autosostenibilidad. Veamos cómo lo vende
Mientras el 54% de los hoteles en Estados Unidos ofrecen un servicio de wifi gratuita en sus habitaciones, en Europa solo el 32% ofrecen acceso sin cargo a la red. Estas cifras deberían preocupar a más de uno en días como éstos de incertidumbre turística. Porque si las cifras parecen bajas en Europa el motivo apunta a los países con miras más cortas en la conectividad digital, por ejemplo España, Francia e Italia, cuyos hoteles figuran en la cola de este servicio gratuito. La diferencia aquí la marcan, como siempre, los países nórdicos. En el 51% de los hoteles de Noruega y Suecia la wifi es gratuita. Y Alemania y Gran Bretaña ya están a punto de alcanzarlos.