¡A dormir a la playa! ¡Qué bien!

hamaca en la playa

Hay quienes se aferran a un dogma como fundamento de sus convicciones y no aceptan ningún matiz que pudiera corregir o desviarse de este principio establecido por una autoridad como una verdad incuestionable. Da igual que ese fundamentalismo afirme su exclusividad en una creencia religiosa, filosófica, científica, política o cultural. La opinión fijada como acto de fe prescinde de la crítica o el análisis para comprender nuestro mundo. El dogmatismo, según Kant, expresa un conocimiento de conceptos y por conceptos cuyo propósito eleva a conocimiento transcendental lo que debería o podría ser el conocimiento de objetos en general. Más allá de la investigación, el empirimo y la crítica argumentada, todo dogma significa y se significa como una verdad imposible de debatir.

Absténganse entonces los dogmáticos a seguir leyendo esta reflexión que nace como respuesta a un par de lecturas matinales acerca de los mínimos que debe cumplir una Sigue leyendo

Un coctel de 6 millones de dólares

Jigger Cocktail Bar

Inauguración del Jigger Cocktail Bar, de David Ríos, en Bilbao

tuit coctel

Con este tuit celebré esta semana la llegada de un bartender excepcional, Diego Cabrera, al «quilombo» digital de la Ruina Habitada. Nunca he estado en su bar por no cometer el sacrilegio de pedirle mi bebida favorita después del vino y la cerveza: ¡un gin tonic sin gin, por favor! Pero he coincidido con él en algunos saraos madrileños, especialmente el que me llevó a convocarlo hace más de tres años, junto a otros conocidos barmen, para debatir sobre el espacio del bar en la hotelería. Repensar el bar, se llamaba el encuentro que patrocinó la marca francesa de champagne Mumm. Además Sigue leyendo

La primera vez…

Muy raramente, pero muy raramente, quien regenta un hotel conoce la peripecia de sus huéspedes por acceder a él. No es que todos los alojamientos turísticos presenten obstáculos o inconvenientes en su acceso, qué va. El enunciado viene a cuento del escaso interés que, en general, muestran los hoteleros en saber detalles de cómo los viajeros han llegado hasta allí. ¿Tan importante es?, me preguntará alguno…

Importante, puede que no; pero crucial, sí. La primera impresión que solemos tener de lo desconocido condiciona notablemente la experiencia posterior. Y, eso, en la hotelería, es el ser o no ser. La primera impresión es lo que cuenta, se dice hasta el cansancio. No es cierto que vaya a haber después una segunda oportunidad para brindar al que llega una impresión espectacular. Un vericueto misterioso adquiere, por ejemplo, un dramatismo superior a una concurrida calle de la capital. Y he sido testigo, a mi pesar, de lamentos insensatos por parte de algún hotelero frente a la desidia de la Administración pública en llevarle el asfalto hasta allá. Más inteligente, Jemma Markham me explicó al poco de abrir su hotel, Torre del Visco Relais&Châteaux, el por qué de su Sigue leyendo