Terror en el cuarto de baño

Bloomington

Nuestro juego de acertijos a través de Twitter, Facebook y LinkedIn continúa ahora en una sección renovada que nos hemos dado el gusto en llamar HotelAddiction. Nuestra adicción incondicional a la hotelería, compartida por los 14.000 suscriptores de este Foro, impulsa estas glosas críticas y nos revela el poder de la imagen en la industria turística. Si en un artículo anterior —La máquina del sueño— vimos que sobraba el dosel de la cama en una habitación de techos bajos, ¿qué podría estar de más en este cuarto de baño?

El enigma lo ha roto en plan sarcástico el duque de Gastronia, Arturo Pardos Batiste, quien nos descubre que la compostura del rollo de papel carece de micrófono. Por la razón que sea, llama la atención que esta pieza de higiénico rol haya llamado tanto la atención. «¡El portarollos de peana! Forma parte de los utensilios de diseño maléfico. Lo pongas donde lo pongas o estorba o tropiezas», acierta a decir Jesús Belenguer. «De todos modos no va a durar mucho en su sitio», remacha Joseba Ilincheta Lerín. Sigue leyendo

Por unos hoteles más limpios

Seguramente usted sabe que millones de litros de agua y detergente se consumen todos los días en los hoteles del mundo para lavar las toallas que han sido usadas por sólo un corto tiempo. Como parte de nuestro compromiso por conservar el medio ambiente, cambiaremos las sábanas y toallas cuando sea necesario y a petición del huésped. Si desea que sus sábanas y toallas se cambien diariamente, solicítelo a la recepción del hotel.

Uno de los grandes retos que afronta la hotelería mundial atañe a ese neologismo tan evanescente como demagógico que es la sostenibilidad. Sin entrar a desmenuzar los fundamentos e incongruencias del llamado «triple balance» (económico, social, ecológico), reflexionemos un momento sobre las razones y las contradicciones de lo ecosostenible en un hotel.

En algún artículo de este Foro me he referido ya a las incongruencias en que incurren los alojamientos turísticos cuando, a través de un cartelito pegado a la pared del baño, abogan por un medioambiente limpio y demonizan la ablución de los huéspedes incitándoles a una guarrada mayúscula: quédese con las toallas sucias y, si no, déjelas tiradas por el suelo como si viviera en una pocilga. Ello, no en pensiones de mala muerte, sino en hoteles de lujo… Hemos parafraseado el ejemplo de Hyatt, pero igualmente podríamos citar el de Marriott: apoyamos el deseo de nuestros huéspedes de ayudar a proteger el medio ambiente, y por lo tanto, cambiaremos su cama cada tercera noche de su estancia. Pelillos a la mar…

Asociaciones sectoriales y marcas de calidad como Rusticae, Ruralka y otras se han apuntado también a la moda del marketing verde por los réditos publicitarios que se obtienen frente una clientela cada vez más concienzada, esto es verdad, de los problemas ecológicos y demográficos que Sigue leyendo