
Miremos la fotografía que precede estas líneas. Está tomada en 1912 en la localidad inglesa de Nottingham, donde la flamante agencia de viajes Thomas Cook muestra en su novedoso escaparate una sugestiva cartera de viajes organizados a distintas partes del mundo, hasta ahora inaccesibles para la inmensa mayoría de la población. En uno de esos afiches se anuncia la singladura del Titanic, que después acabó como acabó.
Aunque su creador, Thomas Cook, falleciera en 1892, el modelo de negocio que había inventado dos décadas antes constituía dos décadas después una novedad en la fisonomía urbana de Nottingham y de otras ciudades británicas. Los desplazamientos vacacionales en avión se iniciaron en 1919, justo cuando la pandemia de gripe española remitía en todo el mundo con la tercera ola. Sus descendientes vendieron el negocio a Sigue leyendo