Estos tipos de ocio pueden conducir al fin del negocio

Los que han hecho su agosto prevén un septiembre sin incertidumbres: el turismo baja en todos los destinos españoles

El verano va concluyendo sin que se disipe la incertidumbre en que vive España desde el principio de la pandemia de coronavirus. Puede que el turismo no haya tocado fondo, a tenor de los datos registrados durante los meses de julio y agosto, que marcan la temporada alta, y que han sido calificados de históricos por muchos destinos de interior, principalmente el turismo rural y el de litoral en el norte de España.

Mientras tanto, la costa mediterránea ha sufrido el mayor colapso de su historia turística al haber sido evitada por los principales mercados emisores de turismo en Europa. Aunque la resistencia de muchos negocios vacacionales a permanecer con el cierre echado ha provocado la difusión de imágenes de ocio nocturno derivadas en contagios masivos que, si bien han podido rendir beneficios a corto plazo, se traducirá necesariamente por perjuicios para todos a largo plazo. Persiste esa mentalidad atávica de mirar por el futuro inmediato, por los resultados a meses vista, y no por el futuro más lejano, por los resultados a años vista.

Es consensuada la opinión de que los intermediarios han seguido cobrando lo mismo que otros años. Las cancelaciones persisten a causa de los sobresaltos provocados por los contínuos rebrotes, que sitúan a toda España en la cima de los países con más contagios en el tramo de los últimos 14 días.

Con la fiesta de algunos, España empieza a ganarse fama de destino inseguro para el turismo tranquilo, una mancha que repercutirá en la percepción de alemanes, británicos, franceses, holandeses y escandinavos durante mucho tiempo. De hecho, pensamos que las imágenes festivas divulgadas en toda la prensa internacional podría muy bien retrasar un lustro la ‘normalidad turística’.

Si el litoral mediterráneo y las islas han experimentado un desplome radical del turismo veraniego, el Pirineo será recordado en el imaginario colectivo por sus imágenes de atascos, colas en los comercios y alojamientos al 100% de ocupación, tanto en julio como específicamente en agosto. Además, el fenómeno ha sido acompañado por la ampliación de la estancia media en unos días más, cosa nunca vista en este destino generalmente deseado por los amantes al senderismo y la escalada. Valles de Tena, Aragón, Benasque, Aran, Cerdanya y el Pallars Sobirà se han visto saturados de veraneantes, muchos de ellos rebotados de la playa y con comportamientos de turistas masivos, que además de pensar en sus vacaciones actuales también han mostrado cierta curiosidad por adquirir una segunda residencia para la nueva etapa laboral del teletrabajo. Por poco, esta saturación insospechada no ha conducido a un brote de turismofobia entre una población escasamente acostumbrada al turismo masivo.

Las previsiones para septiembre, no obstante, son tan bajas que está forzando al cierre y guardar la caja con la intención de resistir así hasta el próximo verano. La deserción de los alemanes, que siguen teniendo no recomendado el viajar a ningún punto de la Península, dejará a todo el Pirineo en manos de un turismo doméstico más bien residual a lo largo de los meses de otoño.

Los hoteles rurales de Navarra han cerrado agosto con una media de ocupación en torno al 93%, pocas veces contemplada, y un incremente del ADR de un 13%. Y ello gracias a que el Pirineo ha contribuido notablemente a subir la media del llano, pues la zona media de Navarra baja un poco y deja a la Ribera con unos resultados más bien decepcionantes. Septiembre se prevé al 30% y octubre, al 14%. Si bien, otros establecimientos comunican tasas del 41% en septiembre y del 22% en octubre. Nada que ver, claro está, con las ocupaciones del 86% que se vivieron en Navarra durante el otoño de 2019.

El final de agosto está mostrándose aciago en los hoteles urbanos de La Rioja, con más cancelaciones que reservas. La primera quincena está sin apenas movimiento, con el pick-up plano y una tendencia muy marcada a la reserva de última hora. La segunda quincena tampoco se presenta mejor: ni el 15% de las reservas que tradicionalmente se asociaban a las fiestas de Logroño (San Mateo, el 21 de septiembre), con el inicio de la vendimia y la temporada alta hasta el puente del 1 de noviembre. Y eso que la planta hotelera está casi al 100% abierta. A todas luces se observa que la crisis sanitaria de los rebrotes de Covid-19 se ve sobrepasada por la prevista crisis industrial en el mundo del vino, que tiene atenazado todavía más al motor económico de la región. El consumo creciente de cerveza, los precios de la uva en la vid, el exceso de producción y almacenamiento, la desmembración de la denominación de origen Rioja y otros mimbres trenzan una mala cesta que costará recuperar en años venideros.

La tónica pesimista del verano en la Costa Brava se ve aliviada con las perpectivas de un septiembre igual de flojo, pero con estancias más largas. Bien es cierto que la mayoría de los alojamientos se han visto compensado con un auge del turismo nacional, especialmente el procedente del País Vasco, Ávila, Toledo y Sevilla, vistos circular durante el verano por el paseo marítimo de Tossa del Mar.

Pese a su estrategia de rebajas a toda costa, los hoteles vacacionales y las grandes cadenas hoteleras no han conseguido los resultados apetecidos. Y muchos de ellos planean su cierre para estos primeros días de septiembre.

Tampoco animan mucho las previsiones hechas por el Gremi d’Hotels de Barcelona en la capital catalana. Ocupaciones medias del 15% en septiembre y poco más en octubre. La reconversión de las 4.000 viviendas turísticas en residenciales con contratos de 10 meses, entre las 9.600 de que dispone la ciudad, tampoco han beneficiado ostensiblemente a los hoteles. Si no hay mercado internacional, no lo hay para nadie.

En general, la Costa Blanca está un 70% por debajo de lo habitual para estas fechas. La playa de Levante, en Benidorm, trabajará en septiembre sobre el 20% en su primera quincena y el 10% en su segunda. La patronal hotelera Hosbec calcula que de los 140 establecimientos existentes en la ciudad apenas quedarán 15 hoteles abiertos al final de este mes, debido a la cuarentena británica y al veto de Alemania. Además, las playas han suspendido el sistema de reservas por falta de turistas. “Las nuevas y pocas reservas ya no entran de última hora, sino de último minuto. El 90% de ellas, españoles”, nos informa el propietario de una firma comercializadora de apartamentos turísticos.

Denia, Jávea, Calpe,  Benissa Costa, Moraira… Ocupaciones entre el 10% y el 15% a lo largo de todo el mes de septiembre, con reservas vigentes de algunos clientes alemanes fieles de todos los años que se sienten seguros una vez llegados a su destino, y mientras los vuelos no se interrumpan, como podría pasar si los rebrotes en España pasan a alerta roja. Este otoño, las escasas ocupaciones serán perceptiblemente nacionales, de último minuto y en estancias cortas. Continuará la tendencia más buscada de este verano: chalets unifamiliares con piscina privada y jardín, en busca de privacidad y buen precio. 

Los rebrotes recientes castigan a todos los negocios turísticos baleares, con unas previsiones para septiembre que siguen sorprendiendo por su desplome total a propios y extraños. El turismo internacional sigue ausente. Y, el nacional, ya está de vuelta al cole. El cierre adelantado de los hoteles aliviará la situación de los empresarios, a expensas de que el Gobierno central determine o no la prolongación de los ERTEs hasta el año que viene, cosa que se ve desde Mallorca muy improbable. De ahí la urgencia de los lobbies hoteleros en agitar el sector turístico y abrir negociaciones sobre su rescate o salvación vía fiscal.

Todos los datos son pésimos de cara a septiembre. Leda Giordano, una hotelera de prestigio reconocido en Lanzarote, apunta un horizonte sombrío: solo ve cancelaciones, un 10% de ocupación y vuelos con dificultades para todo el periodo otoñal. Un turoperador noruego ha anunciado que no volará a la isla hasta diciembre. La cuarentena impuesta por los británicos y las recomendaciones de evitar las islas hechas por el gobierno alemán provoca que los hoteles cuya apertura estaba prevista para octubre ya hayan comunicado que la aplazará a diciembre.

En otras islas es probable que las ocupaciones alcancen entre un 20% y un 30%, en función de la frecuencia de vuelos y la capacidad que haya para atraer turismo nacional a lo largo del mes de septiembre.

Los viajes de amigos han caído más de un sesenta por ciento. La inmensa mayoría de los huéspedes son españoles, pues apenas un 15% de la clientela internacional se ha negado a dejar de visitar España como cada verano, pese a las recomendaciones de sus países de origen. Según el Instituto Nacional de Estadística, el número de viajeros en tierras malagueñas ha bajado de nueve a dos millones y el número de hoteles abiertos es de 144 frente a los 567 existentes. La mayor parte de quienes reservan hoy en ellos son parejas con hijos y miembros de una misma familia.

En la Costa del Sol, la previsión en septiembre no supera el 25% de media, con mejores cifras en los hoteles de cuatro estrellas que los de 5 y, desde luego, que los de tres, reducidos a un testimonial 15%.

El sector hotelero de Sevilla cuenta con un 50% de la planta abierta a primeros de septiembre, si bien algunos establecimientos podrían adelantar unos días su reapertura. Vaticina un 30% de ocupación, la mitad de lo habitual en años anteriores.

La Federación Provincial de Empresarios de Hostelería de Cádiz (Horeca), que estimó una ocupación hotelera del 52,71% para el mes de agosto, 39 puntos menos que en 2019, se ha visto gratamento sorprendida por datos mucho mejores del 64,57%, 61,35% y 60,18%, al menos en la Costa de la Luz. Septiembre, en consecuencia se espera con moderado optimismo. Quizá en hoteles con encanto, como la Alcoba del Agua, en Sanlúcar de Barrameda, llegue a superarse el 30% hoy comprometido. En hostales, la ocupación septembrina no superará el 16%.

En la provincia de Huelva, con 28.697 plazas hoteleras, la ocupación del 53,21% en agosto augura un otoño negro para el sector. La ocupación media de septiembre no supera el 27%, en datos de la Asociación Provincial de Hoteles.

Los retrasos en la celebración de bodas podría animar algo el turismo en Granada, puesto que la cancelación de italianos, noruegos, alemanes y norteamericanos en la ciudad denotaba un septiembre oscuro. Muchos establecimientos turísticos y agencias de receptivo nos confirman que todo ha sido cancelado para septiembre. Apenas un 5% de reservas y con un pickup para las próximas semanas completamente caído, sin reservas de última hora siquiera. Las impresiones personales de un empresario granadino reflejan así el ambiente que se respira en la ciudad alhambrina: “Tengo una cafetería en Realejo, cerrada desde marzo; una tienda de té y cafetería take away en Reyes Católicos, abierta desde julio sólo medio día; y una tienda de cookies y café, cerrado solo en pandemia. Fuera de Granada, en Loja, concretamente el hotel La Bobadilla, nos comunican que se han caído los incentivos holandeses y británicos negociados en primavera para los meses de septiembre y octubre. El común de los hoteleros en la provincia solo observan mercado doméstico de última hora y en fines de semana.

La ocupación en la capital cordobesa estará por debajo del 30% muy seguramnete en todo el otoño e invierno. La empresarial Aehcor alerta, además, de que los rebrotes están haciendo mucho daño, porque a mediados de julio un gran foco ligado a una fiesta estudiantil y a su paso por una discoteca que tuvo una potente repercusión mediática.

Las cifras de Jaén son algo mejores: 22% de ocupación. Las ocupaciones en casas rurales descienden, pero los fines de semana se registra una preocupante sobredemanda de turismo nacional.

Almería exhibió de media unas ocupaciones en torno al 60-70%, según la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería (Ashal), que no espera tan decentes resultados para septiembre y octubre.

La primera semana de septiembre viene con una ocupación del 35%. Pero el resto del mes se contempla preocupantemente flojo, fundamentalmente por la caída drástica de los grupos extranjeros. El mercado nacional se capta con ofertas, lo que al final repercute en la estrategia de apertura y mantenimiento de las plantillas. Se están recuperando las comuniones de mayo adaptadas a la nueva normalidad, con unos estrictos protocolos. Pero es totalmente insuficiente. El descenso puede ser catastrófico y noviembre registra unas previsiones aún peores. Muchas cadenas hoteleras con bajadas importantes de ingresos estarán dirimiendo estos días el cierre parcial de sus establecimientos.

En la Alcarria se mantienen los fines de semana por efecto del mercado emisor madrileño. Sin embargo, la ocupación entre semana baja al 25%, por debajo de las ocupaciones de la primera quincena de septiembre de otros años. Reservas de hoy para hoy. En función de la incertidumbre proyectada por Madrid es posible que suba la ocupación o se desplome, con una cascada de cancelaciones en función de dichas noticias. La clientela que se desplaza desde la capital a comer o pasar el día oxigenándose transmiten su preocupación por un posible nuevo confinamiento.

En tierras bercianas, que tuvieron unas ocupaciones este verano en torno al 90%, se consuelan pensando en ese 30% que mantienen para todo septiembre. Aunque las cifras son claramente inferiores a las del año pasado por estas fechas. Para octubre se estima un 10% en las reservas, el doble de lo previsto hace tan solo un mes.

Madrid mantiene su panorama sombrío, con ocupaciones que no rebasarán el 25% en ningún caso. La fuerza de los rebrotes introducen una incertidumbre peor que la existente en meses anteriores. Y ciertos signos de no respeto de las distancias en numerosos bares y restaurantes, fumar en la calle, o comer mientras se camina sin la mascarilla puesta, contribuye a la alarma social. En el centro, un número importante de comercios exhiben en sus escaparates el cartel de traspaso o venta.

Un mes más, Bilbao capital sigue sin dar señales turísticas. Si la media de agosto ha estado por debajo del 30%, las previsiones para septiembre en algunos hoteles no superan el 10%. Euskadi entera vive bajo la alarma del coronavirus. Para octubre se esperan incluso sifras peores: un imperceptible 4%. Algunos hoteles se plantean no volver a abrir hasta 2021.

La alegría entre los cántabros es desbordante. Algún responsable de alojamiento turístico podrá estar cariacontecido, pero no por una mala ocupación, sino por haber cerrado agosto con menos del 100% de ocupación que ha registrado la mayor parte del turismo en la costa y en el interior. Septiembre es otra cosa, lo que no preocupa a quienes han contabilizado unas cifras históricas. Muchos de ellos esperan tasas de entre el 25% y el 50%, aunque los fines de semana se prevén números superiores al 50%. Otros andan por debajo del 30% entre semana. Incluso los hay con apenas un 10/15% de ocupación, que se verá holgadamente compensado por los datos de agosto.

Para septiembre, guste o no, en Cantabria se sufrirán drásticas reduciones de plantilla, pasando a ‘modo noviembre’ con gente de casa, con ganas, cariñosa y muy polivalente. Los precios vuelven a los niveles propios de la segunda quincena de septiembre en forma de paquetes o promociones para estimular la demanda. A ver qué pasa este otoño, coincide todo el mundo.

Cualesquieran que sean las cosas que pasen, septiembre siempre ha sido siempre en Cantabria un mes de reservas de último momento, hechas con 48-24 horas de antelación. En los límites con Asturias, en el desfiladero de La Hermida, nos informan de la saturación de furgonetas y autocaravanas que ha habido este verano, lo que no hace sino confirmar la previsión que hacíamos sobre el auge de esta forma de turismo durante las videoconferencias con los 16 grupos que integran la red Renacer Del Turismo, fuente de los datos que publicamos en este parte quincenal.

En las montañas, los hotelitos familiares están por las nubes: “nuestros huéspedes nos eligen porque aquí termina la carretera”.

Tras un gran mes de agosto en el que muchos establecimientos de turismo rural colgaron todos los días el cartel de completo, la primera quincena de septiembre se presenta al 50℅ y la segunda, al 25%. Las cifras pueden variar porque en estos primeros días siguen entrando las reservas después de un verano al 100% de ocupación.

En los apartamentos las ocupaciones se ven más intensas que en los hoteles. La primera quincena de septiembre está al 75%, aunque la segunda y octubre se vislumbran al 10%, cifra que crecerá con reservas de última hora. Incluso más que las últimas horas de este verano. De igual modo, los extremos están funcionando mejor que la zona central de Asturias, donde la ocupación de septiembre se puede quedar en un cero quesero.

Galicia ha respirado este verano con las cifras suculentas que le proporciona el turismo nacional. Viajeros amantes del hecho regional, de Zara y, sobre todo, del marisco gallego. Debido a que solo 1,4 de los 5,1 millones de turistas procede del extranjero, septiembre no va a ser un mes tan halagüeño como se pintaba a mitad del verano. Ocupaciones de un escaso 20% y si eso… Aunque rompe esta tónica la oferta termal de masajes y talasoterapia: en el hotel Talaso Atlántico, por ejemplo, se tiene una previsión del 58% de reservas ya confirmadas.

[Estos datos provienen de un sondeo genérico efectuado entre el 1 y el 2 de septiembre en las 16 redes colaborativas de la plataforma #RenacerDelTurismo, creada durante la pandemia en 20 destinos españoles. Las anotaciones son meramente orientativas, ya que no reúnen las condiciones para ser un cuadro estadístico ni para inferir conclusiones más allá de las meramente expositivas

Fernando Gallardo |

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