Helysia: nace el Blockchain turístico en España

Hoy se emite el primer ‘token’ del turismo en España. Y lo hace por la puerta grande que deja abierta la pandemia de coronavirus, la salud íntegra, a través de una criptomoneda con tecnología Blockchain pionera en la historia del turismo. Su nombre, Helysia Token, cotiza ya en el mercado de valores con la bendición de la CNMV por iniciativa de una empresa granadina que hemos apoyado desde sus inicios, Hammam Al Ándalus, con instalaciones de salud y bienestar en Granada, Málaga, Córdoba, Madrid y Palma de Mallorca. Y con proyectos de aperturas a medio plazo en Valencia, Lisboa y París.

Esta iniciativa tecnológica nunca antes había sido desarrollada por ninguna empresa del sector termal en todo el mundo. Los token son un tipo de moneda digital utilizada para el pago de servicios en los centros termales de Hammam Al Ándalus, así como Sigue leyendo

Google abre una nueva puerta al turismo

La sociedad digital requiere el uso de un lenguaje comprensivo para todos

Google empieza a vender ya sus gafas digitales en Estados Unidos, aunque el acceso haya sido limitado por ahora a la categoría (masiva) de los «exploradores» o usuarios precoces, como se les conoce en el argot mercadotécnico. Probablemente no sean todo lo cómodas que esperábamos quienes ya las hemos probado, ni tan funcionales, ni tan superferolíticas. Pero seguro que abren la puerta a futuras mejores y, sobre todo, a una nueva era digital acuñada con la marca IoT, Internet of Things, el Internet de las Cosas.

Soy uno de los convencidos de que Google, cuyas oficinas en Nueva York pude visitar recientemente como quien hurga en el Pentágono, está llamado a ser también Sigue leyendo

Pagarás el hotel con tu móvil

Es mi rutina diaria en Nueva York. Si no alcanzo a tomar el metro, llamo a un taxi de los miles que circulan arriba y abajo por las avenidas. Apenas me subo, desembolso el iPhone y tapeo la app Way2Ride a la que están suscritos la mayoría de los taxistas. Otros usan cada vez más la controvertida Uber. Nada más abrirse la aplicación, aparecen dos botones: I Need A Taxi, que me serviría para avisar a alguno en caso de vivir en el extrarradio, y I’m In The Taxi, con el que voy a señalar que ya estoy montado en él. Y nada más. Al llegar a mi destino, como sugiere el anuncio de televisión ad hoc, abro la puerta y saludo al taxista que me ha transportado hasta ahí con un complaciente bye bye.

En Nueva York va siendo habitual no pagar los taxis. Ni alguna que otra bagatela de las que se venden en los almacenes Macy’s. Pronto tampoco habrá que abonar los viajes en Sigue leyendo