Se rumorea que el PP introducirá en su programa la propuesta de aplicar un IVA superreducido del 4% para salvar al turismo de la crisis en que ahora vive. Habrá quien se frote las manos después de hacer bien estas cuentas. Si reservamos hoy mismo una habitación en el hotel Room Mate Marcos, por ejemplo, nos costará 49 euros y un incremento de 3,92 euros en concepto de impuesto sobre el valor añadido. Lo que propone el partido de la oposición es algo así como una reducción de velocidad a 110 km/h para ahorrarle a cada contribuyente el energético gasto de 1,96 euros en el precio de su habitación. Como si los precios en la hotelería no hubiera caído ya lo suficiente durante estos malos tiempos para la lírica.
Nos empeñamos siempre en lo mismo, en lo más fácil. Da igual si la propuesta viene del PSOE, del PP o del propio empresariado. No hace falta innovar mucho para darle un tajo a los precios. Cuesta menos que usar el cuchillo, mucho menos que sacar la goma de borrar. Ahora basta con un clic, y a veces automático, para cambiar el valor de nuestro negocio. Competimos sobre un territorio ya explorado, con unas armas ya manidas. Si esa es la práctica lúcida de todo un sector como el hotelero, qué no cabe esperar de una política de país… Ganar clientela a costa del IVA.
Si lo pensamos de otro modo, un 4% no puede ser la salvación del turismo en España porque si así fuera malos gestores tendrían los hoteles que han cercenado sus precios hasta un 50% cuando solo les cabía hacerlo un 4%. Si el tajo ha sido mayúsculo es porque a eso conduce toda guerra de precios, no importa cuáles sean los demás argumentos para defender la viabilidad de sus negocios. Y por las mismas veremos a partir de ahora cómo se sume a la guerra de precios otra guerra no menos incruenta, la de la bajada de impuestos. Un bálsamo de fierabrás que no se creen ni los epígonos del liberalismo absoluto, pero que será empleado como azagaya en el próximo combate electoral.
Hay carencia de ideas en el gobierno, en la oposición y en el empresariado español. Se impone, pues, un rearme ideológico, mal que les pese a muchos. Se impone sustituir el serrín por la savia en la mollera del país. Debemos parar ya este sangrado de precios y construir el futuro con toda la innovación de que somos capaces. Hagamos que cada producto sea único y emocional, que cada estancia sea un momento inolvidable por el que merece la pena ahorrar y pagarlo, que cada hotel sea un emprendimiento personal, sensorial, diferenciado y customizado por el cliente en la última fase de su producción.
Convenzámonos de que la única salida posible a esta crisis es mediante una subida general de precios y no una bajada, señal de que la industria hotelera en su conjunto habrá aumentado su valor a los ojos de todos. Señal de que este país tira para arriba y no para abajo, como proponen los epígonos de las pegatinas en las autopistas y del IVA en los cuarteles de Rajoy.
Fernando Gallardo |
Un pero… Si el IVA es un impuesto que recaudamos nosotros por Hacienda que después tenemos que reintegrar… ¿qué mas da un 8 que un 4? Al final tan solo resultaría que en la declaración trimestral de IVA tendríamos que pagar (devolver) menos… y los precios seguirían siendo los mismos con una gestión lógica.
Ultimamente por aquí, en el Matarraña, la guerra de precios ya se está produciendo producida por nuevos hoteles que interpretan el Matarraña como una zona de playa con sobrepoblación de hoteles. Habitaciones de entre 90 y 110€ de precio rack a 60€ en portales como Booking.com que no creo que sea mala referencia en cuanto a precios publicados. Resultado: 60€ menos un 16% de comisión menos un 8% de IVA 23,94€ por persona con desayuno incluido en hoteles de 2 y 3 estrellas.
A mi no me salen las cuentas. Supongo que a ellos si, o soy muy tonto… 😉
De momento funcionamos, y no me quejo, con las tarifas normales y ofertas puntuales para los meses de baja ocupación, pero una rebaja del IVA no me parece una mala opción.
Y eso que con los señores del PP no quiero na… Y los que me conocen saben que es verdad. Seguimos intentando vender destino y una experiencia personal en una zona privilegiada pero, como soy teleco de formación y no tengo ningún master MBA, pues lo mismo me equivoco…
Si el año pasado tuvimos que comernos el 1% del IVA, en este caso sería así pero en positivo. Yo no veo que el turista reserve más por rebajarle un 4%, pero el hotelero tendrá una ganancia extra del 4%. Y eso ayuda bastante, y más en un mundo donde todos parecen querer chupar de la vaca del hotel, que del precio final acaba pagando un 8% de IVA y un 15% de comisiones. Si mejoramos eso un 4%, bienvenido sea, pienso yo.
Rajoy no inventa la rueda con su propuesta. Los franceses ya tiene el 4% y lo mejor sería preguntarles a ellos los resultados. Hay para todos los gustos y suelen variar en función del tamaño del hotel.
Una buena, bajo mi punto de vista, sería reducir al máximo las cotizaciones a la seguridad social por parte de la empresa por nuevas contrataciones (tanto de parados que ya cobren el subsidio como los jóvenes sin experiencia). Estamos cayendo todos en la reducción de la contratación y eso no hace sino empeorar las cosas, tanto en la gestión y calidad de las empresas, como en el incremento las personas inactivas y por consiguiente de la situación del país.
Pero lo que más miedo me da es que nosotros mismos somos capaces de regalar entre un 16/22% de nuestra facturación a los intermediarios. ¿Cómo vamos a salir de esta?
Interesante el debate que se desarrolla. Por mi parte, que junto con mi esposa somos dos emprendedores que hemos empezado desde negativo, vemos que cada vez nos cuesta más llegar a nuestros clientes. En general el sector hotelero pierde prestigio y es lamentable que incluso los clientes te intenten regaterar como si de un mercadillo se tratara sin importar los servicios que ofrecemos. Es un más por menos y eso sólo acaba en una cosa: el fin. Como soy optimista, el IVA en principio me parece una medida absurda si con ello se pretende incentivar al sector. Como siempre recortamos hojas sin preocuparnos de las raíces con tal de vender imagen política. La solución pasa por una reflexión justa de la situación. Estoy muy de acuerdo en que debemos de crear productos únicos para que nos sepan valorar y no sólo a lo fácil entrando en guerras de precios donde al final nadie gana.
Comparto plenamente!
José Antonio, totalmente de acuerdo… Hay que vender destino y experiencias personales…, nuestra labor de pedagogía de la felicidad será recompensada por la sociedad algún día. De momento nosotros ya tenemos premio: nuestros hoteles. Además, lo del «iva» es una milonga. En estos momentos, en este país, lo que circula es otra cosa.