La patronal hotelera no quiere campamentos

Si la caspa fuera roja todos los casposos parecerían diablos. Qué cara se les habrá puesto a muchos cuando, esta semana pasada, el arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura subió al altar de los dioses para recoger su flamante premio Pritzker, que es algo así como el Nobel de arquitectura. Cómo habrán digerido estos diablos rojos tan universal distinción cuando tiempo atrás criticaron la atrevida transformación que el genial portugués hizo del monasterio de Santa María de Bouro por encargo de la red de Pousadas de Portugal. ¿Se habrán envainado su roja cola? ¿Se la habrán envainado como tuvieron que hacerlo los detractores de Eiffel en los Campos de Marte o quienes pensaron que Stalin redimiría al mundo mundial de los pecados liberales?

Aún estamos esperando que se la envainen quienes condenaron a la hoguera a Fray Giordano Bruno por sostener esa herejía mayúscula de que la tierra era redonda y orbitaba en torno al sol. Qué despropósito pensar que no somos el ombligo del universo y que no caemos al abismo infernal cuando circunnavegamos nuestro planeta azul. Cómo se puede defender que la tierra es una esfera cuando es evidente que es plana como una sartén y no caminamos vuelta abajo los unos respecto a los otros. Cómo atreverse a decir que en un acelerador de partículas un electrón pasa por dos agujeros al mismo tiempo cuando es evidente que para ello uno le tendría que pedir permiso al otro. En fin, por qué empecinarse a investigar sobre los universos paralelos cuando es evidente que madre no hay más que una y reside en el cielo.

Con estas falsas convicciones han amanecido los prebostes de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), que han pedido a las autoridades competentes la desarticulación de la #acampadasol y «contundencia» contra sus promotores por el perjuicio causado sobre los establecimientos hoteleros de la zona. Incluso han llegado a cuantificar sus pérdidas en una caída de los ingresos cercana al 20 por ciento, mientras culpan a este evento de una mala imagen para Madrid y el conjunto de España.

Así nos va con estos visionarios del turismo. Hacía tiempo que no se pronunciaba un discurso tan casposo en España, ni siquiera el de los partidos políticos más instalados y conformistas con la crisis actual. ¿Acaso no han considerado Carlos Díaz y compañía que durante varias semanas Madrid y España entera ha estado en el punto de mira de todo el mundo? ¿No han evaluado los réditos de una Puerta del Sol y sus comercios adyacentes que han abierto a diario los telediarios de media humanidad, desde China a Honolulú? ¿Cómo se creen que evolucionan las sociedades si no es mediante los espasmos colectivos de una juventud rebelde con causa o sin ella? La caspa que brilla en sus entorchados les impide ver que tras el aspecto antisistema de esta #acampadasol -que, todo hay que decirlo, ya dura demasiado y debería autodisolverse para no caer en manos de los verdaderos grupos antisistema o de otros indeseables- existe un conjunto de personas interesadas en experimentar otros modelos de autogestión, aunque no conduzcan a ninguna parte. Estos entorchados de la hostelería olvidan seguramente que nuestro mundo, el que hoy inquieta a los jóvenes, se ha tejido por otras generaciones con los mimbres de Woodstock, la ciudad abierta de Valparaíso y el barrio libre comunero de Christiana, en las afueras de Copenhague. Gracias a estas experiencias colectivas, los jóvenes de ayer forjados en ellas han ofrecido a los jóvenes desocupados de hoy -sus propios hijos- un mundo más pacífico, más próspero, más estable y más democrático. Y ahora vienen estos casposos a demostrar lo contrario con su propuesta de sacar el látigo…

Más que la basura producida estos días en la Puerta del Sol, muy fácil de limpiar, me preocupa la inmundicia que los casposos promotores inmobiliarios y hoteleros han generado hormigonando sin freno el litoral mediterráneo. Porque la higiene, aquí, tiene un coste mucho más alto y comprometido que los de la plaza madrileña. Y si nos hemos pasado toda una vida reflexionando sobre este grave problema, y lo afrontamos con la comprensión e inteligencia de saber que muchas familias viven de esta basura, lo razonable es que estos empresarios hoteleros no se ofusquen con una acampada que, tarde o temprano, les generará pingües beneficios con el efecto llamada de esta #spanishrevolution. Y mucho más si esta singular causa se extiende por todo Occidente, como podría llegar a suceder. Les recuerdo lo que supone para el turismo otros lugares simbólicos como la Plaza Roja de Moscú, Tian An Men en Pekín, el Rossío en Lisboa, la Bastilla en París, Trafalgar Square, etc.

La razón oculta de esta manifiesta sinrazón de la CEHAT es, más que una mira corta sobre lo sucedido a partir del movimiento 15-M, una urgencia irrefrenable por evitar las caídas en la ocupación hotelera en el centro de Madrid y no considerar este lucro cesante como una inversión de futuro.

Ya conocíamos la política cortoplacista de la patronal hotelera, pero hasta ahora desconocíamos sus carencias en marketing.

Fernando Gallardo |

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