
Los conserjes de hotel, ya lo hemos señalado varias veces, son un relicto de hospitalidad obsoleta incluso en la industria del gran lujo. Es verdad que cuando nos topamos con un verdadero profesional de la librea dan ganas de reconciliarse con la edad pretérita e incluso gastarse un perú en dejarse aconsejar por este monumento de la sapiencia y la elegancia hotelera. Pero ni modo cuando el acelerón tecnológico está dejando en desuso un oficio tan romántico como aquellas chicas del cable que nos conectaban con el vecino cuando éramos pequeños. Para qué contratar a una elegante telefonista en recepción cuando el mismo desempeño lo puede hacer una centralita automática.
¿El mismo desempeño? No, mejor, más rápido, sin errores, y justo cuando lo necesitamos. Hoy es un ejemplar raro, o en peligro de extinción, el huésped que no lleva como extensión de sus apéndices dactilares un dispositivo móvil. Al toque de un simple clic se le aparece un universo entero de posibilidades en la pantalla. La sesión de ópera, la cartelera del cine, algún espectáculo de interés, el restaurante mejor evaluado. Y así por todos los confines de la galaxia Google. Aunque, claro, siempre habrá quien aprecie la voz enterada y la inmediatez de un conserje al otro lado del mostrador de recepción, por el momento superiores a las prestaciones de una máquina.
Este momento se estira hasta donde llega la tecnología. Lo anunció el mismísimo Google la semana pasada en el Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas, donde presentó con su lógica pompa el nuevo Google Assistant Interpreter Mode, mediante el cual los usuarios pueden recibir traducciones de docenas de idiomas y mantener conversaciones en tiempo real. Como si fuera un conserje políglota. O, mejor aún, como si fuera un intérprete del servicio exterior de una potencia mundial. La utilidad de esta plataforma va más allá que la de los traductores hasta ahora conocidos. Porque una cosa es traducir en tiempo real y otra mucho más cotizada, ejercer de intérprete para cualquier tipo de conversación y acento idiomático.
Dos grandes grupos hoteleros acudieron al encuentro con planes para adoptar inmediatamente esta tecnología y jubilar -se supone, dada la rapidez de reflejos- a los conserjes de plantilla. Se trata nada menos que Hyatt, expresión del lujo en arquitectura hotelera, y el valorado Dream Hotel Group, con diversas propiedades en los Estados Unidos. A última hora pidió sumarse a la demo la conserjería del Caesars Palace, de Las Vegas.
Google anuncia que esta función se encontrará en el mercado durante las próximas semanas en los dispositivos Android y en los Smart Displays de Google, lo que permitirá que cualquier usuario mantenga una conversación hablada en tiempo real y, en los Smart Displays, a realizar traducciones escritas en docenas de idiomas, lo que facilitaría la comunicación entre los hoteles y sus clientes internacionales. Hyatt Hotels Corporation está pilotando con Google la aplicación del intérprete en la conserjería de su Hyatt Regency San Francisco Airport a través de un Google Home Hub. Mientras, Dream lo esta enfocando hacia uno de sus hoteles urbanos por excelencia, el Dream Downtown de Nueva York.
Al acercarse al conserje humano bastará que el viajero pekinés le diga a su móvil: «Hey, Google, sé mi intérprete chino».
Fernando Gallardo |