Los sindicatos hosteleros ante el dilema de limpiar o no ensuciar

¿Cabe imaginar a un médico tratando de que su paciente no se cure nunca porque así él y sus colegas de profesión mantienen su puesto de trabajo en el hospital? ¿Puede alguien pensar en un mecánico que tachona el asfalto de clavos para que su taller de coches siga reparando pinchazos? Seguro que no, ya que estas conductas podrían incluso ser castigadas por los tribunales de justicia.

Pues esto es lo que contempla el sindicato CC.OO. de Canarias en su rechazo a la iniciativa de algunos hoteles insulares por compensar a sus clientes con un ahorro importante en su estancia a cambio de que éstos renuncien a la limpieza diaria de sus habitaciones. La oferta incluye un bono de 20 euros de crédito a gastar en el hotel si se rechaza el servicio de limpieza, lo que supone la introducción de un producto a medida a imagen y semejanza del que hoy ofrecen las líneas aéreas. Quien prescinde de llevar equipaje se ahorra entre 50 y 70 euros. Quien renuncia al seguro de viajes, otros 20 euros. Y así sucesivamente, como ocurre en la configuración de cualquier equipo informático.

El hotel tinerfeño Gran Meliá Palacio de Isora, impulsor del citado bono descuento, defiende esta iniciativa como parte de una estrategia amiga con el medio ambiente, además de asumir la tendencia global de un producto flexible y configurable por parte del usuario, en sintonía con los nuevos hábitos turísticos introducidos por la generación millennial.

Pero enseguida han saltado los sindicatos acusando a éste y otros hoteles canarios de reducir costes, como si la democratización del consumo fuera un sacrilegio, y de favorecer el medio ambiente antes que a las condiciones laborales de las camareras de piso, como si ambos objetivos estuvieran reñidos entre sí.

Comisiones Obreras pone en duda la preocupación medioambiental de los hoteles y alerta contra el descuento del 20% que la renuncia a la limpieza diaria de sábanas y toallas significa para la facturación del hotel. Según el sindicato, esta modalidad de producto aumenta la carga de trabajo de las camareras de pisos porque cuando los huéspedes salen de su habitación la suciedad se acumula y, a la larga, esta inmundicia “supone un esfuerzo mayor en sus tareas de limpieza diaria”. Además, la sobrecarga de trabajo afecta también al resto de las instalaciones del hotel que, debido al bono asignado en la oferta, incrementa el gasto en la restauración, los servicios de spa y otros similares. 

MELIA

Ante esta situación, CC.OO. exige a los hoteleros una rectificación inmediata de su política medioambiental, tomada “contra la calidad del servicio y del empleo”, al tiempo que reclama de las administraciones públicas “el cumplimiento de las exigencias que tienen que cumplir los complejos hoteleros en relación a la categoría del establecimiento otorgada por el Patronato de Turismo.” Para este sindicato es un auténtico despropósito que se produzca una acumulación de suciedad en las habitaciones de un hotel y, con ella, una aminoración de la carga de trabajo para unas trabajadoras en situación de precariedad laboral.

En parte tiene razón el sindicato. El mercado de demanda actual genera una fuerte competencia entre las camareras de piso por un empleo en la limpieza de hoteles. De ahí que la precariedad laboral encontraría alivio, bien por la deserción de un número relevante de trabajadores del sector turístico, bien por un aumento de la oferta de limpieza en la industria hotelera. Dicho de otro modo, si los huéspedes fueran más cochinos habría más suciedad que limpiar en las habitaciones. Y con ella más puestos de trabajo susceptibles de contrato. Pues todo lo que sea ahorrar en limpieza, o provocar que los huéspedes sean más exquisitos con ella, repercute negativamente en el empleo y somete a este gremio a una precariedad laboral mayor.

Volviendo al principio, la mejor manera de defender la empleabilidad entre los médicos es incrementar la exposición de los pacientes a nuevas enfermedades. El futuro ideal de un mecánico de automóviles es un horizonte viario de fakir. Cualquier tipo de innovación, como una rueda anti pinchazos, es condenar a los mecánicos a una situación de mayor precariedad laboral.

Fernando Gallardo |

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