Consumo energético casi cero en Europa

energy

La Organización Mundial del Turismo (UNWTO, en sus siglas en inglés) acaba de lanzar una herramienta que ayuda a los hoteles a su autoevaluación energética y propone medidas de sostenibilidad medioambiental tendentes a rebajar su consumo a niveles de cero o casi cero. El sector turístico se suma así a las preocupaciones de los gobiernos y sociedad civil por el cambio climático.

Financiado por la Unión Europea, el programa neZEH (nearly-Zero Energy Hotels) evalúa la eficiencia energética de los establecimientos hoteleros a través de un cuestionario y selecciona las mejores opciones de ahorro energético, que incluyen una mejora en el uso de fuentes no renovables y una aplicación didáctica dirigida a incrementar la conciencia sobre el tema a través de casos específicos. Todos los alojamientos turísticos en los Estados miembros de la UE estarán obligados a cumplir con estos patrones a partir de 2020. Esto es, deberán ser edificios nZEB (nearly-Zero Energy Building o edificio casi cero en consumo energético), cuya sostenibilidad estaría garantizada por un bajo consumo energético procedente de fuentes de renovables, incluidas las producidas in situ o en sus cercanías. Sigue leyendo

Reino desUnido

girl

El Brexit va a cambiar muchas cosas. Y no todas para mal, pese a los agoreros. Si analizamos con cuidado los resultados de este temerario referéndum organizado el pasado 23 de junio en el Reino Unido caben algunas lecturas que desafían el pesimismo reinante en Europa el día después.

La sociedad británica está literalmente partida en dos. Casi la mitad de los votantes prefiere que su país siga integrado en la Unión Europea. Y, si tomamos en consideración a quienes no votaron, que no pueden ser desposeídos de su condición de seres humanos, los partidarios del Brexit son minoría respecto al conjunto de la población. Sobre un electorado de 46.501.241 votantes, los decididos a salirse de Sigue leyendo

Europa a favor de la economía colaborativa

unwtovilnius

Como ya he anunciado a través de las redes sociales, regresé esta semana de Vilna (Lituania) con un buen sabor de boca respecto a la economía colaborativa del turismo. Me cupo el honor de ser invitado por la Organización Mundial del Turismo (UNWTO), organismo de la ONU encargado de esta materia, a pronunciar un discurso y moderar un panel de debate en torno a las nuevas modalidades económicas del turismo con ocasión de su 60ª Asamblea para Europa. Fui preparado para discutir en profundidad sobre el nuevo fenómeno, consciente de haber sido invitado por el rol defensor de las plataformas colaborativas que he venido ejerciendo en los últimos años frente al retrógrado inmovilismo del gremio hotelero en casi todos los países del mundo. En el Sigue leyendo

Clasifica que algo queda

No fumar. No a la copia digital. No a circular a más de 110 km/h… Vivimos en tiempos de tanta incertidumbre económica, social y política que la determinación simpática (en su sentido fisiológico) de los gobiernos es prohibirlo todo. Muerto el perro, se acabó la rabia. No nos consideramos responsables nosotros mismos de nuestros propios actos, y así no podemos avanzar en libertad. Porque, recordémoslo, a los gobernantes (al menos en Occidente) se les vota, se les aúpa o se les apea de su función pública. Veremos hasta dónde alcanza la campaña #nolesvotes.

Este retroceso en las libertades individuales es fruto de una irresponsabilidad compartida. Si no creemos en el individuo, más concretamente en un individuo, cortémosles las alas a todos los demás. Fumar molesta, y las flatulencias ajenas también. Correr por la autopista gasta energía, y ver correr a 22 jugadores de fútbol en un estadio por la noche también. Escuchar música compartida libremente en Internet supone un lucro cesante para los músicos, y sintonizar la radio también. Pero no por ello vamos a dejar de interesarnos por las noticias, echar humo si nos produce placer o apretar el acelerador cuando el camión que tenemos delante no nos deja ver el horizonte. ¿Será lo próximo decretar la obligatoriedad en el uso del preservativo?

Puede que al final de este proceso involucionista en que nos hallamos inmersos hoy con la crisis se nos abran de nuevo las alamedas por las que circule el hombre libre… O no, si nos empeñados en permanecer ciegos ante el futuro que se nos viene encima. Un escenario más social y compartido, gracias a los desarrollos tecnológicos, pero también más personal y customizado, gracias al desarrollo del conocimiento. Siempre se ha dicho que el hombre se apiña en defensa ante lo desconocido. La ignorancia anula al individuo y merma sus libertades. La sabiduría lo libera y ensancha su espacio vital.

Pues bien, todo esto viene a colación por la insistencia que muestran diversos colectivos gremiales por cercenar la libertad de empresa y frenar la tendencia diferenciadora que hoy se observa en la Sigue leyendo

El bazar europeo de las clasificaciones hoteleras

estrellas Un informe comparativo sobre los criterios mínimos exigibles a los hoteles de tres estrellas en la Unión Europea, publicado por el ECC-Net en 2009, me sirve de reflexión sobre los sistemas clasificatorios y su utilidad en el turismo contemporáneo tan focalizado en las redes sociales. Cuestión previa: Finlandia y Noruega no tiene un sistema de clasificación oficial de hoteles y alojamientos turístico, pues estos países tan poco dudosos de inframundo consideran que los viajeros pueden acceder a guías y páginas web que hacen evaluaciones personalizadas de su oferta hotelera. En varios países de la UE se aplican habitualmente un sistema nacional de clasificación obligatoria, salvo en España, Italia y Bélgica, donde los sistemas de clasificación están descentralizados y cada región o provincia autónoma regula sus propios hoteles.

La mayoría de los países (17) posee un sistema con una lista de criterios mínimos que se complementan con determinados criterios opcionales. Centrado en el rango de tres estrellas oficial, el estudio de ECC-Net presenta unos datos que no tienen desperdicio:

  • En la mayoría de los países (18), a los hoteles de tres estrellas se les exige un servicio de recepción permanente, o, por lo menos, un servicio de acogida temporal (un empleado en horas extras).
  • En casi todos los países se ofrece acceso a Internet, aunque no necesariamente en las habitaciones.
  • En 25 países están obligados a aceptar una tarjeta de crédito o débito como medio de pago.
  • En 19 países los empleados de la recepción deben hablar un idioma extranjero, además de la lengua nacional.
  • En todos los países han de proporcionar servicio de desayuno y, en 17 países, también  Sigue leyendo

Otra manía clasificatoria

Me ha dado un ataque de risa, entre el jolgorio de las sacudidas andinas, leer esta mañana que el máximo responsable para España de los hoteles Intercontinental (IHG) declara no entender por qué tenemos el euro y no una clasificación hotelera común en la Unión Europea. Es un tema reiterativo en mis disquisiciones hoteleras, pero conviene volver de vez en cuando a él para no perder ripio de lo que se dice fuera de este Foro.

starsEn la opinión de Luigi de Rosa, que así se llama su director general, cuesta trabajo entender cómo la Unión Europea ha llegado a tener una moneda común y no es capaz de unificar los criterios en lo que a clasificación hotelera se refiere. Y añade como argumento que su compañía ha desarrollado sistemas “a nivel económico, de calidad, en lo que se refiere a satisfacción de los clientes y de los empleados, que les permiten tener una comparación interna muy buena”, lo cual se supone debería ser extrapolado a otras compañías y a otros hoteles independientes.

Sí, es verdad. Cuesta trabajo entender cómo se ha llegado con facilidad a imponer el euro como moneda común y no a una normalización de estrellas. Como cuesta también entender la falta de una clasificación unificada de bombonerías, que tienen su corazoncito ellas también. Ni que en toda la Unión Europea aún no se haya impuesto una clasificación oficial de verdulerías, o de supermercados, o de tiendas de moda, que la hay de mucho lujo y también de pingos. Y qué me dice Luigi de los bares, de nuestros muy entrañables lugares, que seguramente obtendrían más estrellas que en Noruega o Dinamarca, pues allí hay que buscarlos siempre con lupa. Tampoco están normalizadas las zapaterías, y no admito chanzas patrias con ellas, que aunque no merezcan las 5 GL los Timberland me sientan a mí como un guante y no me los cambio por otro Ariel aunque me llamen pijo.

En efecto, nos queda mucho todavía mucho por clasificar y normalizar en la Unión Europea soviética que desean algunos. Lo peor es que a los ejecutivos de multinacionales que piensan así ya no les queda ni siquiera China. Porque imaginémonos por un momento, en lo que dura un seísmo de 6º, que a Bruselas le diera la ventolera de clasificar a todos los hoteles europeos. Por precio, que suele ser el patrón más fiable por democrático, si la media española por habitación (Trivago Hotel Price Index) está hoy en 85 euros y la suiza en 155 euros deberíamos colegir que un cinco estrellas suizo se correspondería con un dos estrellas español. Y si la media en Madrid reside en 97 euros frente a los 153 euros de Milán, por lo mismo deberíamos entender que si el Milan Grand Hotel Duomo acredita sus 5 estrellas, en una clasificación europea como la que pide Luigi de Rosa el hotel Intercontinental Madrid no merecería más de 3 estrellas.

Creo que ahora empezamos a entendernos.

Fernando Gallardo |

Comparte este artículo: Twitter Facebook Buzz LinkedIn