Nuestro Clúster de la Ruina Habitada está programado para innovar en la hotelería, pero no solo eso. Siempre hemos querido enfilar a otro horizonte tan importante como éste: la cooperación entre alojamientos turísticos. Tal vez porque el vínculo que se establece desde este Foro, en nuestros encuentros periódicos, en las jornadas, en los seminarios o en las conversaciones diarias a través de las redes sociales es hijo de ese espíritu innovador que nos asiste.
Durante los meses que lleva funcionando el Clúster nadie se ha quedado parado, salvo en la innovación tecnológica que algún día permitirá la teletransportación al hotel por vía molecular. Y como en esto no tenemos mucha prisa todavía, el esfuerzo innovador y cooperativo de los miembros del Clúster ha germinado en algunas iniciativas que, por pequeñas, no parecen menos relevantes al negocio hotelero.
La última, espontánea y romántica, nos la brinda Antonio Gómez, propietario de la Quintana del Caleyo, que se las ha ingeniado para dedicar cada rincón de su hotelito a un miembro hotelero del Clúster. Hemos subrayado en anteriores ocasiones que un alojamiento turístico es un universo de rincones (dicho con más poesía que el técnico punto de venta en el hotel) que invitan a vivirlos con la personalidad del huésped y respirarlos según la personalidad del hotelero. ¡Cuántos rincones aparentemente deliciosos he visto ocupado por la basura o convertido en trasteros llenos de electrodomésticos inservibles! O, peor, ocultos tras un parapeto que aumenta el sentido de vergüenza que trasmite el hotel de sus instalaciones pudendas (almacenes, botellas de propano, muelles de descarga, alojamiento del personal…). Es como tener un hijo feo y encerrarlo en casa por miedo a que se burlen de él. ¿Acaso no es un valor la inteligencia? ¿Acaso no se pueden exhibir inteligentemente esos rincones pudendos?
A través de Facebook, Antonio de la Quinta nos demuestra que sí:
“En la Quintana del Caleyo hemos venimos creando unos rinconcines muy especiales, inspirados en nuestras visitas a los hoteles de nuestros amigos, miembros del Clúster de la Ruina Habitada. Son rincones que queremos mucho y cuidamos con un especial mimo y enseñamos a nuestros huéspedes con especial cariño a la vez que les contamos las delicias del lugar que nos lo inspiró. Lugares únicos, igual que sus moradores.
En esta primera ocasión presentamos El Rincón Do Batan, aprovechando la hortensia azul que Antón y Mari Luz (sus propietarios) nos regalaron en nuestro viaje a Casa Do Batan, en el que nos hospedaron en su coqueto hotelín con todo cariño y amistad, en recuerdo de esos momentos que seguro se repetirán.”
En demostración del talento que expresa una iniciativa así, Antonio Gómez nos adjunta unas fotografías evocadoras de aquella visita. Imágenes que darán la vuelta al mundo y evangelizarán a numerosos hoteles sobre el camino a seguir para el homenaje/agasajo de los huéspedes y cómo se pueden personalizar los espacios en tributo a quienes los viven. ¿Acaso hay algo más innovador que esto?
Rincón Do Batan en La Quintana del Caleyo
Hortensias en el Rincón Do Batan
Los susodichos Bataneros + Chus, en Do Batan
Animo a todos los foristas de La Ruina Habitada a que tomen nota sobre esta iniciativa, agucen su ingenio, ábranse al poder de la imaginación, colaboren con sus vecinos en lugar de tirotearlos, apliquen estrategias parecidas a sus establecimientos… Y, por supuesto, divulguen este artículo en las redes sociales para que el mensaje cale más hondo y llegue más lejos.
Fernando Gallardo |