Evidentemente no. Robar no es legal en ningún caso. Salvo que el «robo» sea el anzuelo de una campaña viral en Internet promovida con éxito por la cadena australiana Art Series Hotels. Hasta el 15 de enero, quien descubra esta pieza del artista callejero Bansky —cotizadísimo hoy en los circuitos mundiales del arte tras abandonar el muro por un tiempo y hacer una incursión en el mundo más culto de las serigrafías y los aguafuertes— colgada en alguno de los tres establecimientos que posee la cadena, podrá llevársela a casa sin que el hotel reclame su propiedad ante los Tribunales de Justicia. El cuadro está valorado en unos 15.000 euros, lo que no es asunto baladí ni delito menor.

Esta iniciativa, viralizada en las redes sociales en otra edición anterior con otro cuadro del mismo artista, denominado No Ball Games, tuvo su conclusión este lunes 19 de diciembre con el «robo legal» de la pieza a cargo de dos amigas que «pasaban por allí», según anuncia la web de Art Series Hotels. Sea o no verdad, lo cierto es que la campaña redial de Art Series Hotels demuestra el derroche de imaginación que hoy prima en el territorio de la publicidad. Y una advertencia clara de adónde se dirige el mensaje de los anunciantes: un consumidor inteligente, juguetón, fascinado con el lenguaje multimedia, usuario de Internet, protagonista activo en las redes sociales y, a la postre, cómplice indiscutible de la promoción de sus marcas. Lo acabamos de observar esta misma semana con el video Cómicos de la empresa cárnica Campofrío dirigido por Alex de la Iglesia en homenaje a Gila.

Todo esto no es casualidad. Es una actitud imaginativa y disruptiva que forma parte de esa cultura de la innovación que venimos pregonando desde hace tiempo. El sector hotelero no puede permanecer ajeno al fenómeno de las redes sociales y viralidad súbita de las comunicaciones de empresa que determinan el cambio del modelo publicitario hacia la conversación en Internet. Innovar o morir. Avanzar o quedarse atrás. Con una clientela cada día más inteligente y mejor preparada no hay lugar para el hotelero poco innovador y atolondrado del pasado.

¿Con qué idea nueva me he despertado hoy?, es la pregunta que todos deberíamos hacernos al pasar cada hoja del calendario. Online, por supuesto.

Fernando Gallardo |