Ayer leí el enunciado de un debate en LinkedIn con el siguiente arranque: «Me he unido a este grupo porque me ronda hace mucho tiempo el crear un hotel con encanto… ¿Es una idea disparatada?» Lo firmaba Rebeca Almeida, experta en temas de calidad ambiental, imagino que entusiasmada por el sueño de regentar un lugar que fuera ejemplo de aquello en lo que posee experiencia. El debate, hoy desaparecido misteriosamente del grupo de Hoteles con Encanto en esa red social, estuvo animado durante unas semanas en las que se pudieron leer diversos comentarios (más a favor que en contra) sobre esta importante cuestión. ¿Es el momento de invertir en hoteles pequeños de interior o no?
Tras varias sesiones mordiéndome los labios, no he podido resistirme a la tentación de contestarle en los términos que siguen. Y que espero no hayan causado desánimo en la emprendedora en potencia de un hotel rural.
Hola, Rebeca. Si quieres mi opinión, dado que en el fondo de la cuestión me siento responsable de haber embarcado con mis guías a miles de hoteles rurales que hoy yacen dolientes por la geografía española, creo que la pregunta que deberías hacerte no es esa. ¿Es una idea disparatada? Nadie lo sabe. Solo tú misma lo puedes saber. Porque la respuesta la tienes que estudiar antes de arriesgarte en el proyecto. Tú misma señalas «con la que está cayendo…»
A mi juicio, no está cayendo nada. Si piensas, como muchos, que vivimos una crisis de la que saldremos algún día, te equivocas. No estamos en crisis. Ya nos hemos acomodado a la normalidad. Este paisaje que hoy se dibuja en España, en Europa, es el normal. Cuando llegue la crisis, te enterarás. Será dentro de unos siete años, más o menos. La crisis, lo que hemos conocido como crisis financiera, está ya pasada.
Ahora vivimos tiempos de relativa bonanza. Las empresas adaptadas a la nueva realidad están funcionando muy bien. Están ganando mucho dinero. Y en España exportan más que nunca en su historia. ¿Que hay seis millones de parados? Eso es normal en un país donde mucha gente se ha habituado a vivir bajo un clima de protección y dependencia. Eso ya se ha terminado. Esos seis millones de parados se incrementarán probablemente hasta siete u ocho millones. España no es un país tercermundista, por lo que nunca llegará a tener 25 millones de parados, que sería lo propio de un país tercermundista. ¿Vivirán en la pobreza? No lo creo. Para la mayoría eso no es pobreza. Si fuera, crearían su propio puesto de trabajo, que es lo que hacen en los países verdaderamente pobres (y conozco unos cuantos).
Con esta perorata te quiero decir que los tiempos son los que son. Una maravilla si los comparamos con los que se vivieron en ese mismo suelo navarro que tú habitas durante el siglo XIX. Ni te cuento durante los años 30 del siglo XX.
La pregunta que debes hacerte es: ¿hay turistas?, ¿quiénes son?, ¿cómo se comportan?, ¿a qué aspiran hoy?, ¿a qué van a aspirar los jóvenes de hoy, la mitad de ellos sin oficio, cuando dentro de 15/20 años sean consumidores naturales?, ¿van a consumir hoteles con encanto o preferirán consumir videojuegos, viajes virtuales?
Éstas fueron las preguntas que me hice hace 30 años, cuando iniciamos el proceso de reflexión que nos condujo a la primera edición de las guías de Hoteles con Encanto. El número cero lo tuvimos en abril de 1989. Entonces quienes viajábamos pertenecíamos a una generación forjada en el descubrimiento de la geografía cercana, después de recorrer 10 años atrás los destinos más exóticos del planeta. Vivíamos en torno a la música, éramos hippies de segunda generación, estábamos dispuestos a vivir en el campo, pero no del campo. Nos movía la fraternidad, la cordialidad, la convivialidad. No nos importaba compartir mesa y mantel en un hotelito de éstos.
Analiza, Rebeca, quiénes éramos los clientes y quiénes se embarcaron entonces en la aventura de gestionar un Hotel con Encanto. Relee todas mis guías, una por una. Relatan la misma historia. Joaquín y Cristina, Paco y Teresa, Mariano y María José, etcétera, huyeron de la ciudad asfixiados por el estrés y buscaron culminar su sueño en el campo… Por la otra parte, menganito y zutanita colgaron los bártulos el fin de semana para escapar de la ciudad y reencontrarse con el bucolismo de la naturaleza. Ambas partes contractuales respondían al mismo esquema, cumplían con todas las exigencias del programa. La generosidad de las subvenciones procedentes del norte de Europa hicieron el resto, santificaron el plan.
Hoy me da pena saber que Carlos Marchini (Molino de Santillán) ha fallecido, que Manolo e Isabel (Casona de Amandi) traspasaron su hotelito en Asturias para jubilarse y que muchos otros estén ya en venta por inanición o por el cobro de su pensión. Apenas ha habido un relevo generacional. Estos negocios pertenecen ya a otra época.
Con esto no pretendo desanimarte y aconsejarte, como otros hacen, que esperes a que escampe. Nunca va a salir más este sol que a todos nos abrigaba con su luz. Ahora le toca el turno a otro astro, y si quieres invertir en un emprendimiento hotelero debes responder antes a las preguntas que te he formulado. ¿Conoces a tus futuros clientes? ¿Has hablado ya con ellos? ¿Te han comunicado acaso que se gastarán el peculio en ti?
Hay mucho futuro en la hotelería, en el turismo. Pero ni tanto como se imagina, ni orientado a esa filosofía hippie del retorno a la naturaleza. Serán otros hoteles, otras instalaciones, otros servicios, otras liturgias, otras maneras de gestionarlos, otros mercados y otros protagonistas en su distribución aquellos que ocuparán el espacio dejado por miles de hoteles rurales condenados al cierre y abandono. ¿Estás preparada para la nueva era virtual?
Porque, hoy más que nunca, sigue vigente la greguería de Ramón Gómez de la Serna: «el viaje más barato es el que se hace con un dedo en el mapa». Siempre que sea el de Google Maps, por supuesto.
Fernando Gallardo |
No puedo estar más de acuerdo contigo, Fernando. Solo comentar una cosa: trabajo en el turismo rural y nos os imagináis la de compañeros que están dispuestos a desprenderse se sus ‘hotelitos con encanto’… La respuesta es la misma siempre: ‘es que NO es lo que me había imaginado’
Fernando, nunca tan poco ha dicho tanto. El mejor análisis que he leído en los tiempos que llevo dirigiendo nuestro hotel. Con esto no hace falta escribir una tesis ni un libro para analizar la hostelería de hoy y mañana.
Rebeca, esto es un negocio como cualquier otro: números rojos y negros. Es verdad que tiene ciertas especificidades que lo diferencian de otros, pero díselo a mi amigo Antonio, matemático, que se dedica a contar polen y fabricar tablas estadísticas para saber cómo será la próxima cosecha de naranjas en Levante.
Lo ha dicho casi todo Fernando, conocimiento real de la situación actual, análisis de cómo evolucionará, e innovación, toneladas de ella. Si consigues todo esto, no lo dudes, lánzate a por ello. Pero eso sí, y esto es cosa mía, no pidas subvenciones. Y no te endeudes. Trabaja con recursos propios y pasa de las administraciones, los departamentos turísticos, los políticos y los asesores de marketing e imagen. Y, sobre todo, pasa de Fernando que es el diablo en persona… Je,je,je.
Fernando, has sabido reflejar en tu artículo de una manera clara y precisa, mi pensamiento. Las cosas han cambiado y en este país, acostumbrado a la subvención y al puesto de trabajo fijo, las formas de trabajar han cambiado y hay que ponerse las pilas. Y lo primero, dejar de atrincherarse en palabras como «crisis»,»mala suerte», «mejor esperar»…
Ahora ya no se trata de despachar, sino de vender, de ser creativos, de estar despiertos y abiertos, y de tener una continua actitud de aprendizaje y mejora.
Y para empezar, los que somos de más edad, y más de uno de los de menos edad también, debemos de someternos a un auténtico proceso de «reingeniería personal». Dura, a veces, pero interesante y enriquecedora, siempre.
Lo dicho, lo has expresado muy bien. Cómo se notan los años de dar la vara escribiendo !!!!!
Dice María José Painza en LinkedIn:
Nunca tuve un «Hotel con encanto», pero sí unas casitas encantadoras.
Ahora no hubiera empezado ninguna inversión-negocio del mismo calibre, aunque sigo con las mismas creencias : Un trabajo bien realizado, con orden e ilusión, sale adelante, si te mueves a gusto en el medio y con las espectativas que corresponden. Además, en este caso, conocer a la mayor parte de los clientes, compensa de cualquier mal.
En espera de gran negocio o partiendo de créditos bancarios, ni lo veo ahora, ni antes lo veía para el turismo rural de interior, fuera de de zonas privilegiadas.
Los 7 años del augurio… ¿ ? …Mas nos vale que te equivoques, Fernando.
Yo tengo uno de estos «hoteles con encanto». A mí personalmente me encanta…, pero lo tengo en venta porque para llevarlo bien es necesaria dedicación absoluta y en mi caso no es posible, pues también tenemos un restaurante en Potes, a dos kilómetros de aquí y los dos negocios no son compatibles. Es necesario atenderlos personalmente los dos, gracias que en esta zona de los Picos de Europa no faltan turistas, pero nos está costando… Eso quiere decir que la gente no se atreve tanto con este tipo de negocios, y ya te digo que es una zona privilegiada, pero en el fondo nadie se cree que este país salga de la crisis tan fácil, ni tan rápido.
Ah!!! Pero es que hay que trabajar para dedicarse a esto? Pues vaya chasco… 😉
Muy bueno José Antonio. Hay quien descubre que quiere ser granjero mientras hace agroturismo y que quiere ser hotelero a la vuelta de unas vacaciones felices. Los que provocan esos estados son unos buenos profesionales, y tienen que ser muy vocacionales esas decisiones. Si no, esos negocios durarían lo mismo que unas vacaciones…
Como casi siempre coincido con mi admirado Fernando en la mayoría de sus apreciaciones, no obstante me gustaría apuntar que históricamente la hostelería además ha tenido el componente de «dinero fácil» de «dinero de ir al cine» de «hoy no se fía mañana sí» y todos hemos caído en la moraleja de un diálogo de Tip y Coll que escuché hace muchos años:
-Voy a poner un bar y venderé la cerveza a 500.000 pesetas.
– Pocas venderás
– Ahhhh, con vender una al día…….
Creo que llego tarde a este Foro, pero quiero dejar mi opinión, opinión profesional, seria y formal.
Si quieres encontrar hoteles rurales en venta, es fácil, muévete por las paginas de compraventa de hoteles, y veras que «hoteles rurales con encanto» hay miles en venta o alquiler. Hoteles turísticos u hoteles de servicios hay muchos menos. ¿Porque?
La mayoría de estos hoteles rurales encantadores han nacido fruto de grandes subvenciones y pequeños o ningún estudios de viabilidad, y la mayoría de ellos desde el momento en que han comenzado la explotación sus propietarios se han dado cuenta de que se habían metido en un negocio que bien llevado dejaba en el mejor de los casos excasos beneficios, y todo ello con un esfuerzo sobrehumano ( y ya no te digo si se te ha ocurrido abrir un restaurante en tu pequeño hotel, con jornadas laborales de 25 horas diarias (que para si quisieran políticos y funcionarios).
Al mes de agosto de este año 2014 se comenta que han llegado seis millones de turistas (6.000.000 que no son moco de pavo), que han venido a este país de vacaciones a casa de algún familiar o amigo, ya que no han venido a ningún hotel, hostal, camping, etc.
Lo mejor es que tu también cojas una casa, un cortijo, una masía, etc, etc, y te anuncies por internet, pues te va a ir mucho mejor, sobre todo si eres ilegal, pues te vas ha evitar muchísimas obligaciones legales que se le imponen a un hotelito por muy pequeñito que sea, y que prefiero no enumerar pero que te aconsejo que te informes porque te harán contratar a una persona para que se encargue tan solamente de esto.
Y si piensas que vas ha llenar tu hotel a través de comercializadoras como Booking, , Expedia, Atrapalo, etc, etc. entérate de cuanto te va a costar, ya que en su mayoría cobran sobre un 20 por ciento de comisión (20 %) (si, no es un error, 20%, 25%) tan solo por enviarte el cliente, que darle de comer, de dormir y limpiarle el culo te toca a ti, además de tener que pagar tu todos los gastos que conlleva; rentas, intereses, luz, agua, calefacción, sueldos seguros sociales, impuestos, sanciones, etc, etc.
Con todo ello y por si eres una Quijote de nuestro tiempo, te recomiendo que antes de coger un negocio de este tipo te rompas una pierna (por cierto a esta hora las 23:46 me acaban de venir unos clientes a pedir una almohada más, ya que con las dos que tienen en la cama, mas las dos que tienen en el armario, aun le son pocas, lo que no se es si para dormir o para alguna postura religiosa de adoración al dios kamasutra. Eso si de seguir con tu bello proyecto, te daras cuenta de lo tocacojones que somos los españoles a la hora de ir de hotel, en el que podemos por el hecho de pagar a hacer lo que nunca haríamos en casa, es decir, limpiarnos los zapatos con las colchas de la cama, colgarnos de las lámparas, llevarnos las bombillas… vamos, sin generalizar por supuesto…
Animo, desecha la idea si quieres vivir con poco, no necesitas poner un hotelito con encanto, ganaras más pidiendo en la puerta del Lidl o del Mercadona, y además no tendrás horarios interminables.
Tu mas sincero amigo.
Buenos días, mi nombre es Miriam y soy hotelera desde hace 5 años, y buscando por las redes he encontrado su post y realmente comparto mucho de lo que menciona y ha sido un placer releerlo varias veces…. he gestionado alojamientos de titularidad privada y de titularidad pública y pronto me embarcaré en uno de propiedad
.. pero iluso sería de mi parte si pensase que la gestión hotelera es fruto de las emociones externas o de actualidad… son retos constantes, adaptabilidad y trabajo, trabajo y trabajo…. se trata de ser fuerte física y emocionalmente así como proactivo y disfrutar con tu trabajo. Gracias 😀