Herramientas para la renovación hotelera

herramientasCuando sí parece que asoman los primeros brotes verdes de la recuperación económica en España y cabe la esperanza de que la demanda interna alivie su decaimiento consumista, el turismo urbano y rural -subsectores aún no beneficiados por los récords de afluencia que se cantan este año- necesita renovarse para aprovechar el tirón hacia arriba pronosticado para la temporada 2014. Un lustro largo de bajos precios y actividad por los suelos han dejado agostados los presupuestos de mantenimiento, minada la resistencia de los hoteleros y propietarios de casas rurales, así como capitidisminuido el ánimo para seguir invirtiendo, trabajando e innovando. Las alertas han saltado en todos los frentes.

Quien espere sentado, en esa postura quedará petrificado. Quien espere la misma clientela de antes, ya puede ir recogiendo el capazo, que la siembra apetecida no traerá el mismo grano. Quien espere que el manubrio funcione se verá al gatillo pegado.

Reconozcamos que un alto porcentaje de la planta hotelera española se encuentra hoy desfasada en sus instalaciones, mermada en sus servicios y anquilosada en un segmento de clientes en pos de una jubilación más que de una vacación. Los nuevos viajeros llegarán con unos hábitos diferentes, pretenderán unos servicios diferentes y anhelarán unas instalaciones diferentes. La viabilidad del negocio turístico radica, pues, en comprender los cambios que se han producido desde el fatídico año de la crisis subprime.

Urge una redefinición del negocio, una actualización profesional del servicio y una renovación paulatina de las infraestructuras existentes. Volvemos a proponer el debate sobre la innovación, la diferenciación y la colaboración interhotelera. Repetimos el discurso del transcrecimiento del servicio en liturgias. Insistimos en las claves de la arquitectura de los sentidos en la reforma de las instalaciones.

Estas sugerencias encuentra un evidente paralelismo con lo sucedido años atrás, siglos atrás, con la conservación y puesta en valor del patrimonio monumental. Cuando se quiso acometer la rehabilitación de no pocas iglesias, conventos, palacios o fachadas históricas, los presupuestos exigidos se mostraron inabarcables de tanto que había sido destruido por su abandono. Solo la tecnología y la conciencia política del problema logró que en apenas medio siglo, España fuera acreedora al primer puesto mundial en la lista del Patrimonio de la Humanidad que publica la UNESCO.

Uno de los protagonistas de este logro ha sido la Fundación de Santa María la Real, con sede en Aguilar de Campoo (Palencia), que hoy goza de un reconocido prestigio mundial, con proyectos de conservación en Europa, África, Oriente Medio y América Latina.  Conviene aprender, por consiguiente, de sus actuaciones, así como del modelo de gestión y la tecnología utilizada. Entre otras razones porque cualquier ejemplo aplicado al Patrimonio -disciplina ésta muy perezosa a la hora de recurrir a avances tecnológicos- será de enorme utilidad para el sector turístico.

Esta Fundación se halla últimamente volcada al desarrollo tecnológico que propicia esa gran revolución en marcha denominada «el Internet de las Cosas». Mediante el sistema MHS (Monitoring Heritage System) de monitorización adaptado al patrimonio histórico y artístico, desarrollado desde 2005 por el departamento de Conservación del Patrimonio, que dirige el arquitecto Jesús Castillo Oli, se determina exactamente el momento de intervenir en los edificios patrimoniales se produce cuando éstos se encuentran en un estado calamitoso de conservación. Lógicamente dicha intervención exige unas ingentes cantidades de recursos, los cuales no siempre están disponibles para tan loable menester. Parece entonces más sensato, especialmente en estos tiempos, mantener un control de los edificios que permita realizar las pequeñas intervenciones necesarias en la evitación de problemas que multipliquen de manera exponencial los presupuestos necesarios para su subsanación.

Si pensamos en términos de salud podremos ver una significativa evolución en la relación paciente-médico. En épocas remotas ser visitado por el galeno implicaba que uno tenía prácticamente garantizada su visita a La Parca. En la actualidad preferimos realizarnos chequeos periódicos y análisis rutinarios que anticipan los pequeños desajustes de nuestro organismo, antes que recurrir a urgencias por un problema grave no detectado a tiempo.

Desde el primer momento, el sistema MHS se desarrolló para registrar, cuantificar, evaluar y controlar diversos parámetros decisivos en la conservación del patrimonio inmueble, con el objetivo de asegurar la sostenibilidad de su gestión así como un óptimo mantenimiento del mismo y de los bienes que éste pudiera albergar. Se contemplaba ya entonces el sistema MHS como una herramienta de monitorización de las variables que intervienen en la degradación del patrimonio, para proporcionar una evaluación continua y en tiempo real del estado de conservación,  facilitar el acceso a la información, suplir las deficiencias en la gestión de datos, ayudar a la toma de decisiones, potenciar el uso de nuevas tecnologías en el patrimonio, optimizar el acceso a los recursos y reducir los costes y la inversión en restauración y mantenimiento.

Paulatinamente, se ha considerado imprescindible la toma en consideración de otras variables inherentes al bien patrimonial, como son la gestión energética, la seguridad del edificio y su contenido y la gestión de las personas que lo usan, de modo que el MHS se ha transformado en una herramienta de gestión integral del edificio patrimonial.

Actualmente el MHS constituye una herramienta que cuantifica y evalúa, de manera eficiente y en tiempo real, el estado de conservación del patrimonio histórico y  mejora la gestión integral de los edificios. Todo ello es posible gracias a una novedosa tecnología de sensorización y transmisión inalámbrica de datos y a una gestión inteligente y dinámica de los resultados. O sea, el Internet de las Cosas.

La inteligencia MHS permite detectar y predecir situaciones de riesgo o deterioro acelerado, mediante el desarrollo de un algoritmo predictivo que conecta la relación causa-efecto entre el grado y modo de afección de los parámetros influyentes en la degradación de bienes patrimoniales. Así, además del seguimiento en tiempo real de las magnitudes físicas, químicas y mecánicas relacionadas con la conservación del patrimonio, el sistema será capaz de reconocer patrones de deterioro en base a datos históricos que prevendrán situaciones de riesgo potencial, todo ello de manera automatizada.

¿Acaso no podrá ser esto una próxima revolución para la industria turística?

Fernando Gallardo |

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