Mientras los principales grupos de presión hoteleros siguen distraídos con su peculiar cruzada anti Airbnb, las grandes marcas norteamericanas marcan el rumbo de la industria turística con importantes innovaciones tendentes a seducir a la generación millennial. Ajena a las batallitas domésticas de quienes ven el alquiler de viviendas particulares como una amenaza para su débil posición de mercado, Hilton acaba de lanzar una nueva enseña que reinventa los espacios y servicios de hotel al gusto de estos consumidores digitales, más inclinados hacia la estética de los apartamentos privados y las comunidades locales que hacia la obsolescente hotelería convencional.
Hey You Tru Zip Zap Zig Zag Luv Bam Wow Jam Cup Zip Fun Fab Fit Pop Tic Tac Toe Now Eat Yum Mmm Nap Say See Win Ooh
Esta letanía de onomatopeyas representan la esencia millennial, su lenguaje común, el modo en que los millennials sienten, se emocionan y se comunican con los demás. Están presentes en el Whatsapp, Snapchat, Instagram, Twitter. Es su idioma digital. Y por eso Hilton se dirige a ellos en su propio idioma, para qué andar con ditirambos.
Pero, ¿qué es Tru by Hilton?, nos tendríamos que preguntar a estas alturas. Tru is a revolutionary new brand that is changing travel as we know it today (Tru es una revolucionaria nueva marca que está cambiando los viajes como hoy los conocemos), proclaman desde su púlpito social la cadena hotelera Hilton. Los pilares en que se basa esta nueva propuesta son la simplicidad (costes, los mínimos necesarios que uno está dispuesto a pagar), el espíritu libre (experiencias que generan adicción) y los servicios de valor (frescura y consistencia en el consumo).
Porque el valor diferencial de la nueva marca radica en la concepción moderna de los espacios hoteleros, muy lejos de la compartimentación funcional que exigían nuestros abuelos, aún presente en la mayoría de los establecimientos urbanos y vacacionales.
En Tru by Hilton el lobby está abierto a todos y para todas las necesidades, desde el descanso personal hasta un encuentro de negocios o una charla con amigos, un respiro de lectura o un tentempié prolongado hasta la cena. Grandes paneles difusores de contenidos informativos en tiempo real de varias redes sociales revisten el espacio de recepción, diáfano y alegre, desinhibido, extendido a un bar abierto las 24 horas del día donde se sirven bebidas, alimentos sanos y un desayuno de autoservicio con más de 30 ingredientes naturales. En otro extremo se encuentra la Play Zone, con juegos de mesa y un televisor de pantalla gigante.
Por supuesto, las habitaciones son de escrupulosa simpleza, con una cama flotante en una plataforma blanca, un televisor de 55 pulgadas, cuarto de baño amplios, al gusto americano, y wifi gratuita. En el ADN de Hilton figura el gym (gimnasio), que en el caso de Tru confiere importancia al entrenamiento cardiovascular.
Tru by Hilton nace en régimen de franquicia con 132 hoteles seleccionados en Atlanta, Dallas, Houston, Chicago, Denver, Portland y otras ciudades norteamericanas. Una próxima expansión la situará en los mercados asiáticos y europeo. Lo afirma el CEO de Hilton, Christopher J. Nassetta: «Tru by Hilton no será únicamente un sitio para dormir, sino una auténtica alternativa de viaje para viajeros con mentalidad millennial».
Sin duda, una lección bien aprendida de Airbnb.
Fernando Gallardo |