¿Qué diferencia hay entre un hotel y un resort? En el afanoso empeño de poner etiquetas a todo, la escolástica turística define un resort (estación turística, en lengua española) como «un lugar diseñado para las actividades turísticas orientadas a la relajación y la diversión, especialmente durante las vacaciones. Generalmente, una estación turística se distingue por una gran selección de actividades, como las relacionadas con la hostelería (comida, bebida, alojamiento), el ocio, el deporte, el entretenimiento y las compras» (extraído de Wikipedia). A fin de distinguir los resorts de los hoteles, la enciclopedia digital precisa que éstos «combinan un hotel y una variedad de actividades recreativas, como piscinas».
Seguimos con Wikipedia, que en otra de sus entradas define un hotel como «un edificio planificado y acondicionado para otorgar servicio de alojamiento a las personas y que permite a los visitantes sus desplazamientos. Los hoteles proveen a los huéspedes de servicios adicionales como restaurantes, piscinas y guarderías. Algunos hoteles tienen servicios de conferencias y animan a grupos a organizar convenciones y reuniones en su establecimiento».
Así que ya la tenemos liada. Un resort es un hotel con piscina, mientras que un hotel puede ofrecer también piscina. También podría entenderse que el resort fuera un hotel con piscina y el hotel, un ídem sin piscina. En esta ceremonia de la confusión, los eruditos menos académicos sostienen que un resort es un hotel horizontal, mientras que un hotel solo lo es a secas en vertical.
Y ahora sí vamos entrando en materia. El negocio del alojamiento turístico es el mismo, etiquétese como hotel horizontal o vertical, resida en un solo edificio o en varios, se localice en la playa o en la ciudad, en el agro o en un iglú. El negocio del alojamiento turístico estriba en generar felicidad a cambio de un estipendio. Por lo que allá donde se encuentre un comprador de felicidad, sea cual sea el hospedaje que se la venda, podremos identificar un negocio de alojamiento turístico.
Esta es la razón práctica que nos conduce por la tendencia digital de nuestra sociedad a entender el futuro de la hotelería como el de un alojamiento multimodal (otra etiqueta de la que hacemos aquí, ahora mismo, acto de contrición). Durante dos intensas jornadas en Madrid, los pasados 22 y 23 de enero, hemos reflexionado con todo el cuerpo directivo de la cadena Sidorme sobre el presente y el futuro de la economía colaborativa del turismo. Una corriente que, lejos de constituir una amenaza para el sector hotelero, consituye una formidable oportunidad abrazada inteligentemente por dicha cadena. Sidorme ‘smart sleep‘ ha entendido que el turismo es la industria de la felicidad a buen precio y al coste más exigente, por lo que si el nirvana para la generación millennial se encuentra en una vivienda o apartamento ahí tiene que extenderse también el negocio hotelero.
Tal es la naturaleza de los alojamientos multimodales. Una etiqueta de etiquetas, cierto. Aquella que reúne en una sola unidad de negocio las habitaciones individuales, dobles y suites de un hotel con las multihabitaciones de un apartamento turístico o la singularidad hogareña de una vivienda particular. No importa quién sea el propietario, si un magnate inversor, un fondo de inversión, un operador turístico, un comercializador, un agente de viajes o una familia decidida a obtener una ayuda extra para el mantenimiento de su hogar. No importa si el alojamiento ofrece una batería ingente de servicios o no ofrece ninguno, mientras el huésped sienta que ha colmado sus expectativas de viaje y le ha reportado felicidad.
La hotelería del futuro no ofrecerá servicios innecesarios. Únicamente lo que la clientela de cada establecimiento desee pagar. Ni uno más, ni uno menos. En la playa o en la ciudad. Llámese el sitio resort, hotel, apartamento turístico u hogar. Cada opción tiene su momento y su viajero.
Sidorme ha asumido esta tendencia millennial y se encuentra en la mejor disposición para erigirse en la marca que abandere en España la nueva ola de los alojamientos multimodales. Visión la tienen sus directivos y todo su equipo técnico. Ahora solo falta que la integre en su modelo de negocio. Ésta es su misión.
Fernando Gallardo |