Hospitalidad japonesa

Patrick SvenssonSi un país simboliza lo que venimos pregonando como liturgias, es decir, ese jardín de elaborados rituales que persiguen la levitación metafísica del huésped en un alojamiento turístico de condición humana debemos viajar al Sol Naciente. Kioto es la expresión de la delicadeza más estudiada. Sus engawa son ceremoniales, sus ryokan, casi celestiales, tanto como casi virginales son sus geishas y sus maikos. Pero no hay que subirse a este altar para comprobar lo poética que es una bienvenida a la japonesa. La capital, Tokio, con su abigarramiento de rascacielos y sus bulliciosas intersecciones de avenidas, nos sorprende en cada rincón con sus devocionarios botánicos que señalan el tránsito de purificación a seguir entre el convulsionado universo exterior y la paz refinada del hogar.

Mediante la escenificación de lo vivido en unos grandes almacenes, el escritor y periodista del New York Times, Oliver Strand, ecualiza el sonido interior de la Sigue leyendo

El aroma de tu hogar

evanescencia redonda
Ni el disco duro, ni los pendrives, ni las tarjetas flash, ni mucho menos aquellos discos floppies que usamos en los albores de la informática. La memoria más fuerte reside en los olores. A decir de los científicos, antes que la imagen de una pastilla de jabón recordamos su aroma, el Heno de Pravia o el perfume de las estrellas. El bollo que guardábamos de niños en la cartera del colegio. Ese dulzor ponzoñoso del Dior con que se Sigue leyendo

Paradores de todos

Cuando esta tarde el Consejo de Ministros haga oficial el nombramiento de quien sustituya a Miguel Martínez como presidente de los Paradores de Turismo conoceremos en qué se quedan los empellones a favor de la privatización de una red hotelera que, hasta hoy y desde 1928, nos ha pertenecido a todos los españoles.

Sé que han existido muchos contactos, muchas negociaciones, en las últimas semanas por definir su futuro. Unos, bienintencionados, con ánimo pseudocientífico de frenar los resultados negativos presentados durante este último ejercicio. Otros, especulativos, con la intención indisimulada de pegarle un tajo a la red y quedarse con un pedazo suculento del pastel restante.

En un artículo mío publicado en 2010 –la competencia de nuestros Paradores de Turismo– expresé claramente mi lealtad con la cadena nacional y me definí como partidario acérrimo de su condición pública. Para alguien que durante toda su vida ha defendido, bajo uno y otro régimen político, el sentido profundo de la palabra libertad esta proclamación puede invitar a la incoherencia política. Solo cuando se leen detenidamente todos los argumentos en favor y Sigue leyendo

Trigo limpio en nuestro turismo

Rajoy ha recordado en su discurso de investidura lo que veníamos sosteniendo desde hace un tiempo: el futuro del turismo en España apunta a la gastronomía. Por eso a este país no le hace falta un ministerio de Turismo, sino uno de Agricultura. Desde la industria agroalimentaria podemos, no solamente exportar más y a muchos sitios, sino desarrollar mejor la cultura de la innovación.

No, no se trata de una involución. Nadie habla de volver al arado, ni al bocio hurdano. La Mancha no debe seguir siendo únicamente la fábrica de graneles vinícolas, como tampoco parecería justificable el que los montes de Jaén se hinchasen de aceite refinado, por muy de oliva que fuese. El agro español debe avanzar hacia el talento, el conocimiento, la investigación y el desarrollo a fin de evitar la deslocalización que, por falta del músculo innovador, le ha sucedido a parte de la industria nacional con eso de llevarse la producción a la barata China. Tampoco debemos caer en el Sigue leyendo

Las travesuras del huésped Bert

A más de uno, Bert Kreischer le parecerá un delincuente. Su oficio es poner patas arriba las habitaciones de los hoteles por los que pasa. Algunos, muy patas arriba, como vemos en estas imágenes que él mismo sube luego a Twitter, una vez cometido el «delito».

Pero no. Bert Kreischer es uno de esos actores de televisión que triunfan por reírse de sí mismo en pantalla y proponer cosas con una imaginación desbordante. Es, en realidad, el huésped que todo hotel querría adoptar como inquilino habitual. Su rastro perdura en el tiempo, como aquel pintor catalán, Agustín Xaus, que puso perdidas de pintura las paredes del hotel Estela Barcelona, en Sitges. Pero no de pintura de brocha gorda, no. Sino de auténticas obras de arte que, primero, causaron la irritación de sus propietarios y, luego, sirvieron como promoción gratuita del Hotel del Arte que hoy es.

En cierto sentido, el norteamericano Kreischer hace arte de sus bromas y, de paso, saca punta a todo lo que un hotel expresa en su nueva óptica experiencial. Sus imágenes colgadas en Twitter son el colmo de la perspicacia, hasta el punto de convertir las habitaciones de hotel en escenarios de películas escabrosas, lisonjeras, rutilantes para el goce de sus ocupantes. Nada en su interior le es ajeno. Ningún detalle de acogida o de despedida se le sustrae a la vista.

Si se quiere, Bert Kreischer y sus travesuras nos ayudan a comprender mejor que un hotel no es un repositorio de sueños, sino la fábrica de hacerlos posibles y bien visibles. Que a un hotel no se va ya a dormir, sino a vivir dentro y fuera de sus paredes la película más osada que jamas hayamos imaginado.

Fernando Gallardo |

Hoteles de cine


Innovación es exprimir también el frasco de las esencias en un hotel. Lo que rezuman sus espacios. Lo que destilan sus recuerdos. Todo aquello que nos hace soñar. Todo aquello por lo que seguir viviendo. ¿Qué diríamos de nuestro negocio si su escaparate fuera una vitrina de diamantes y al otro lado del cristal se personara la mismísima Audrey Hepburn?

Sí, la mejor imagen de nuestro hotel puede ser un flash en la memoria del huésped. Por eso cuando me preguntan -con demasiada frecuencia- cuál es a mi parecer el mejor hotel del mundo siempre contesto lo mismo: cualquier lugar puede ser un día en la vida el mejor hotel sobre la tierra. No me corrija nadie: nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira. Eso es, el prisma desde el que miramos, las facetas refractarias de la imaginación, de la ensoñación, de la admiración personal. Una película.

Hemos publicado en Notodohoteles.com un artículo sobre los Hoteles de Película que todos recordamos, los que han servido de escenario a nuestras emociones, a nuestros sueños. Porque Sigue leyendo