Que te cuenten un cuento… aunque sea de hadas. Aquello que los epígonos del storytelling en turismo enarbolan como máxima del marketing contemporáneo, esto es, el relato periodístico de lo que se desea vender, tiene su laboratorio feérico en Rumanía. Castelul de Lut , el Castillo de Arcilla, es un proyecto de hotel temático concebido por Gabi y Razvan Vasile, una pareja que vendió su casa cerca de Bucarest para dar rienda suelta a sus sueños (¿o pesadillas?) a 30 kilómetros de la ciudad medieval de Sibiu. El arquitecto Ileana Mavrodin ha dado forma bajo el socorrido reclamo de la ecoarquitectura a este extraño resort campestre de hobbits, gnomos, elfos, goonies o cuantos duendes seamos capaces de imaginar los viajeros.
Los techos son de paja, con puertas torcidas y paredes de yeso curvilíneas, construidos con materiales orgánicos, tipo arcilla, paja, arena y madera. Todavía en obras, el hotel ofrecerá solamente 10 habitaciones y un restaurante especializado en cultivos orgánicos (es decir, sin yeso en la ensalada), para lo cual se utilizará una cocina de leña tradicional y demás utillería inspirada en los hermanos Grimm. Todo ello en la tradición de los hoteles temáticos que, por buscar la diferencia, caen en la extravagancia —cuando no en el ridículo, como esos hoteles bota, hoteles en casetas de perros, hoteles colgados de una grúa, etcétera—.
Castell de Lut tiene previsto abrir de entrada su restaurante, en otoño de 2016, como anuncia en su página de Facebook. Y para que nadie albergue dudas sobre esta fantasmagórica alegoría del enanismo, muy cerca del hotel se localiza el castillo de Drácula.
Fernando Gallardo |