
Google empieza a vender ya sus gafas digitales en Estados Unidos, aunque el acceso haya sido limitado por ahora a la categoría (masiva) de los «exploradores» o usuarios precoces, como se les conoce en el argot mercadotécnico. Probablemente no sean todo lo cómodas que esperábamos quienes ya las hemos probado, ni tan funcionales, ni tan superferolíticas. Pero seguro que abren la puerta a futuras mejores y, sobre todo, a una nueva era digital acuñada con la marca IoT, Internet of Things, el Internet de las Cosas.
Soy uno de los convencidos de que Google, cuyas oficinas en Nueva York pude visitar recientemente como quien hurga en el Pentágono, está llamado a ser también Sigue leyendo

En 1986 predijo la desaparición de la Unión Soviética. También que las nuevas tecnologías e Internet restarían poder a los gobiernos autoritarios, pues los Estados se mostrarían incapaces para mantener su control sobre el flujo de la información. En 1990 publicó que un ordenador acabaría derrotando al mejor ajedrecista humano del mundo. Ese mismo año anticipó que Internet se haría inalámbrico y permitiría la creación de 