Llevo todo el día delante de la pantalla de mi ordenador. Entre el tecleo y las miradas de soslayo a la cordillera blanca, caigo en una observación circunstancial sobre lo que llevo trabajado en estas horas: el blog personal, el correo electrónico, Facebook, el Foro de la Ruina Habitada, unas imágenes que necesitaba de Flickr… Apenas he salido al mundo exterior, no el físico, sino el virtual. Apenas he salido a la world wide web.
Casi sin darnos cuenta entramos todos a diario en una red, o en varias redes, sin salir a la red de redes. Inimaginable hace unos años, ¿verdad? Aún recuerdo cuando hacía telnet, gopher, ftp… Y se nos presentó como gran novedad la web. En muy poco tiempo, todo el mundo se puso a teclear las extrañas www. Todo el mundo se puso a confeccionar una página web.
Ahora es distinto. Sin darnos cuenta aparentemente abandonamos la web, a pesar de que muchísimos hoteles invierten y proclaman eufóricos: ¡ya tengo página web! Ayer leí una noticia así y me sonó ese panegírico como si un ser humano del siglo XXI me confiara eufórico un secreto: ¡¡¡he descubierto el mechero de yesca!!!
Pues abandónalo, hijo, que ahora se usa el encendedor eléctrico. Sí, habrá que ir abandonando las páginas web para bucear de lleno en las redes sociales, que es lo nuevo. Y mañana, Dios dirá.
Este cuadro es elocuente:
A principios de los noventa usábamos en Internet lo que anteriormente he subrayado: telnet, gopher, ftp. Luego, bien entrado el milenio, la web, conocida por sus siglas www. A lo largo de la década siguiente se impuso lo multimedia, el vídeo, la interactividad y, finalmente, Facebook. Las redes sociales: Facebook, Twitter, LinkedIn, Foursquare, Tumblr… En ello estamos con todas sus nuevas aplicaciones mientras decrece el tráfico en la web, que algunos dan ya por muerta.
Muerta o capitidisminuida, la www será en un futuro inmediato la selva del mundo, con todas sus virtudes y defectos, pero sobre todo despoblada. Facebook, ya lo hemos dicho en otras ocasiones, es la calle, la plaza pública. Y pasado mañana, el instrumento de comunicación universal que tenga que venir, que será inteligente, intuitivo, sensorial y seguramente virtual.
¿Seguirán los hoteles confiando su plan de comunicación y reservas a la web? ¿Continuarán los «expertos» adoctrinando sobre las pleistocénicas estrategias de SEO y demás siglas?
Sí, ya sé que muchos no han llegado todavía a la web, con la lengua fuera, y ya se les está proponiendo otra carrera en el universo digital. Es cansino, agotador, desde luego. Pero es que hace 500 años dijo el sabio Galileo:
– Eppur si muove!
Fernando Gallardo |