La industria hotelera, con tendencias conservadoras debido al coste de su inmovilizado más que al operativo, acelera su paso para adaptarse a los nuevos gustos viajeros y a una competencia creciente por parte de los más flexibles alquileres turísticos cuya eclosión mundial se debe a plataformas tecnológicas como Airbnb o HomeAway. El avance hacia la ruptura de la unidad física del hotel o la multimodalidad hospitalaria ha espoleado a muchas cadenas internacionales como Marriott, Hyatt y Hilton al rediseño estructural de sus establecimientos abriéndolos más a la ciudad y a la socialización de los huéspedes.
Como tendencia general se observa una eliminación progresiva del mostrador de recepción o la transformación de esta función en un unidad móvil de recepción de viajeros. El recepcionista se transforma, igualmente, en un gestor de la experiencia del huésped, que une a su ensayado oficio de atención personal una nueva habilidad en la Sigue leyendo