«Poco me respeta usted, la verdad… Me molesta infinitamente… Esto me enfada… Esta conversación es estéril para mí… Nunca me acostumbraré al mal rollo…» Estas expresiones salen del desencuentro que esta semana he tenido con la joven promesa de la cocina española, David Muñoz, propietario del restaurante madrileño DiverXo. No he pretendido airearlo más de lo que ya se ha visto a través de Twitter, pero las reacciones de varios observadores pidiendo luz y taquígrafos sobre nuestras diferencias me obligan a explicar públicamente lo sucedido.
Todo comienza con otro cruce de palabras anterior que provocó en David Muñoz un correo de queja ante un tuit ciertamente provocativo por mi parte. En él reconvenía al cocinero por lo equívoco de su sistema de reserva online, capaz de confundirme a mí y a otros en la petición de mesa en su local. Como puede advertirse, la web de DiverXo incluye un calendario que induce a considerar las fechas libres como fechas disponibles. Al margen de toda consideración estética, que debiera tomarse en cuenta si la imagen del restaurante pretende ser vanguardista y no improvisada, el propio enunciado de la página de entrada ya advierte de que «la gestión de las reservas en Diverxo es uno de los aspectos que debemos mejorar» (sic) y continúa acentuando la importancia de su sistema de reservas online frente al teléfono puesto que «la saturación telefónica que sufrimos en Diverxo hace difícil contactarnos y, por tanto, reservar, por lo que habilitamos este formulario de solicitud de reserva».
Es cierto que en letra pequeña se dice, a continuación, que «el hecho de realizar un envío no implica que haya disponibilidad». ¿Para qué entonces el calendario con fechas en verde y en negro? También que el restaurante devolverá la contestación en un plazo máximo de 24 horas. ¿No es excesivo este plazo cuando se planea un viaje o, simplemente, una cena con fecha definida? «Las peticiones serán como máximo con un mes de antelación», indica la web. ¿Cómo entonces planear un viaje a DiverXo cuando uno vive lejos y se expone a no encontrar mesa o billete de avión?
En mi caso, que he querido conocer la cocina superlativa de David Muñoz sin los atributos de mi profesión periodística, hice por tres veces juegos malabares para conseguir mesa y avión mediante una llamada telefónica y dos peticiones de reservas efectuadas a 12.000 kilómetros de distancia. Con la primera recibí un no cortés como respuesta. Lo intenté dos veces más mediante la suscripción del formulario de reserva, una vez escrutadas las fechas aparentemente disponibles en el calendario de la web de DiverXo. Al cabo de 24 horas recibí un correo electrónico que contrariaba mi convicción de que las fechas marcadas en verde eran fechadas disponibles: «lo sentimos, pero su reserva no ha sido confirmada». Y a otra cosa, mariposa. Ni una fecha alternativa, ni una información complementaria, ni una vaga esperanza de obtener mesa. Ciao bambino.
No insistí más veces porque de pequeño me enseñaron a no ser pelmazo. Pienso que nada hay en el mundo que me haga mendigar una mesa de restaurante si es a costa de rellenar todos los días un formulario. Y, si bien me pierdo lo que todo el mundo considera una verdadera experiencia gastronómica, me gano el paraíso en salud y perfecto estado mental, sin que esta deficiente modalidad de reservas en DiverXo me provoque un ataque de ansiedad o un cabreo mayúsculo de tanto sostenella y no enmendalla.
Comprendo y respeto la idea que David Muñoz tiene de la honradez profesional e independencia de su negocio culinario, así como el desideratum de admitir a sus clientes por riguroso turno o atención personalizada. Nunca habría escrito este apunte —no soy crítico gastronómico—, si no fuera porque esta idea es muy común en establecimientos hoteleros pequeños y familiares que aspiran a tratar a sus huéspedes como personas con nombres y apellidos. Una encrucijada difícil de afrontar, la de la atención personal o mecanizada de las reservas, que centró gran parte de los debates tenidos durante las Jornadas de Innovación #Hotel2020, en 2011. La conclusión general fue que, pese a los beneficios de una atención personalizada por teléfono o por formulario de reservas manual, los hoteleros causaban un perjuicio al viajero obligado a esperar 24 horas, o más, en la contestación a su reserva. Ninguna queja es relevante si al final del proceso la respuesta es positiva. Pero, ¿y si es negativa? En ese caso, ¿cuántos formularios y cuántos días habría de esperar el viajero para obtener su reserva en el destino elegido? O, ¿qué hacer con los viajeros en tránsito, condenados a no solicitar una reserva ante la certeza de que su respuesta no llegará hasta el día siguiente?
Con estos argumentos me dispuse esta semana a saludar el arribo de David Muñoz al universo Twitter. Extraigo de mi timeline el intercambio de palabras habido entre ambos, excluyendo al resto de los intervinientes para no implicarles en la conversación.
@fgallardo: Ya tenemos en la comunidad tuitera al chef más alabado y tb más denostado de España: David Muñoz (@DavidDiverxo), con todos mis respetos.@DavidDiverxo: poco me respeta usted, la verdad.
@DavidDiverxo: el señor Gallardo habla con inquina, ese es el problema basicamente….
@fgallardo: Es cierto. La inquina de quien ha visto 3 veces rechazada su reserva después de 3 confirmaciones positivas…
@DavidDiverxo: se llama inquina por parte de Gallardo…. Problemas con su reserva, y ahora quiere hacernoslo pagar….
@fgallardo: Admito cualquier norma. Pero entonces debería suprimirse la posibilidad de reserva a través de la web.
@DavidDiverxo: esto me enfada. No es una reserva, es una peticion de reserva… Perdon por no tener una infraestructua millonaria
@fgallardo: Qué explicación tiene el que, tras reservar mesa según calendario de disponibilidad, llegue su rechazo 24 horas dp?
@DavidDiverxo: Las cosas claras
@fgallardo , sin ambages ni dobles intenciones, cuentenos su problema conmigo@fgallardo: El problema no es encontrar mesa, sino que la web ofrece disponibilidad, pero luego es rechazada x email
@DavidDiverxo: hablemos con honestidad y franqueza , no existe en diverxo reserva confirmada y luego cancelada
@DavidDiverxo: me molesta infinitamente la gente que habla con inquina…. la gente que no suma, adios!
@fgallardo: Con inquina, pero sin rencor. No critico su cocina. Solo su sistema de reservas online. Habrá final Casablanca?
@DavidDiverxo: me encantaria, pero hoy no estuvo muy afortunado con su primer tweet…..
@fgallardo: Lo arreglaremos cuando mejore su sistema de reservas online 😉
@DavidDiverxo: yo soy muy serio y honesto con estas cosas, cuidado con poner en duda que cosas…
@fgallardo: Nunca he pedido trato de favor. No acostumbro. Solo he querido sentarme como un simple comensal. No ha podido ser
@DavidDiverxo: lo siento, esta conversacion es esteril para mi. Cuando seamos serios, lo retomamos
@fgallardo: Dejo tb la conversación. A ver quién entiende este calendario de disponibilidad: http://diverxo.com/reservar/
@DavidDiverxo: Nunca me acostumbrare al mal rollo de alguna gente…. Gente que cree que se merece un trato preferencial. Lo siento, diverxo no es tu sitio
En verdad, desconozco si DiverXo es o no mi sitio. No he tenido oportunidad de catarlo, pese a mi intención original de apoyar las vanguardias en todo lo concerniente al sector turístico. Supongo que lo sería en el caso de que David Muñoz y un servidor concertáramos un final Casablanca, cosa que después de este artículo se tornará aún más difícil. Afortunadamente, otras experiencias emocionantes me esperan en los cinco continentes. Porque no soy de esos radicales que creen que el cliente tiene siempre la razón, o que la relación con el arte deba ser fluida, comprensible y digerible, pero tampoco pienso que se le deba dificultar tanto el acceso a la buena vida (me reafirmo en que el protocolo de un calendario de reservas conlleva la suposición de la disponibilidad previa). Más improbable era conseguir mesa en elBulli y, sin embargo, nunca resultó más fácil el entendimiento con su sistema de reservas.
Fernando Gallardo |
Huyo a enorme velocidad de aquellos lugares donde ir es más una carrera de obstáculos y cepos loberos, y, desde luego, donde descifrar el galimatías de cómo hacer una reserva en una página web se convierte en algo así como cuando Champollion descifró la piedra Roseta.
He tenido la suerte, por viejo, no por diablo, de haber conocido los restaurantes emblemáticos en sus comienzos. Un veintitantos de Mayo comí en elBulli como único comensal. Un 24 de diciembre en Arzak, semi vacío. En septiembre en Martin, con otra mesa. En abril, con 4 mesas, en Andoni. Puedo seguir con casi todos, pero también he comido con otras dos únicas mesas en Diverxo, cuando tenía su local en Tetuán.
Puedo asegurar que en todos salí contento como unas castañuelas. A Diverxo he vuelto 3 veces más, hasta que en una cuarta vez, por teléfono, me dijeron !Uy, lo tenemos lleno para los próximos 200.000 años! Pues bueno, pensé, que le vaya bien. Y, como dije al principio, salí disparado en dirección contraria. También quiero hacer constar que por lo menos hasta la última vez bajo mi criterio, Diverxo es el mejor restaurante de Madrid. Ahora ya no lo sé. En mi huida he llegado tan lejos que no sé si en lo que me queda de vida me dará tiempo a volver.
El chico es joven y fogoso, y si no que se lo digan a mi amigo Javier, que después de que comimos en su nuevo local tuvo un ligero roce por quítame allá unos postres.
La conversación es un sinsentido de principio a fin. Igual te estás llevando un mal rato y resulta que David es daltónico. En tu próximo tuit procura preguntárselo y así salimos todos de dudas. No sería el primero: Van Gogh y Paul Newman también lo eran.
David Muñoz decidió clausurar su cuenta de Twitter la noche del 24 de agosto, apenas unos días después de abrirla.
Cada uno es libre de establecer su sistema de reservas, y nos guste o no, nos tenemos que regir por ello, recordando que ningún sistema es perfecto. Y esto último deben hacerlo tanto el restaurante como cliente.
Una cosa buena que David hizo en twittter fue conversar, y eso hay muchísimos cocineros y críticos que no hacen en absoluto. Creo que al ver que no podía gestionarlo como quería, y que quizás le sobrepasaba, lo dejo, aunque lo desconozco.
Us vez he intentado reservar en diverxo, lo conseguí, fue una experiencia, diferente y única (a pesar de cosas que no me gustaron) pero no me gusta su sistema de reservas en absoluto. Eso si, hay sistemas de reserva parecidos y poco o nada flexibles.
Hay veces que a los semidioses de los fogones les cuesta entender que por mucho menos de lo que se gastan en alguna de las máquinas del quimicefa culinario pueden tener un sistema de reservas decente que les permita precobrarlas como he leído por ahí que quieren hacer.
He leído esto y me quitad todas las ganas de leer más artículo teñidos de tu opinión. Sacas de contexto palabras de una imagen popular para salpicarte de gloria. De verdad trabajate tu nombre no robes palabras. Que desafortunado.
Hola Fernando, curioseando en google casos similares al mío he llegado hasta tu blog 🙂 Han pasado 7 años y al leerte me he visto completamente reflejada. A mi también me atacó en Twitter, mintió, borró sus tuits agresivos y luego me hizo una promesa (innecesaria) que nunca cumplió, es más ignoró dada mi poca capacidad viral. Por eso he decidido alzar la voz y contarlo, porque aunque no soy periodista ni influencer soy una cliente que tiene todo el derecho a criticar su experiencia le guste o no al chef. Al igual que tú adjunto la conversación con este señor tan arrogante y divo. Aquí la adjunto por si te parece interesante: https://megustacomerbienblog.wordpress.com/
Un saludo